MADRID, 21 Ene. (EDIZIONES) -
Los caminos del Señor son inescrutables, dice la máxima cristiana. E inescrutables fueron en la historia de Alberto Núñez, que ha pasado de ocupar puestos de alta responsabilidad en empresas del IBEX 35 a ser ordenado sacerdote jesuita el pasado mes de diciembre.
"¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?", le preguntó San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, a San Francisco Javier, ganándole para los jesuitas. Pasándole la pregunta a Alberto Núñez, este nos responde: "Habría que preguntárselo a él. Pero ciertamente yo no quiero ser uno de esos".
Fue la muerte de su único hermano el punto de inflexión que le llevó a dar un viraje de 180 grados a su vida. Un cáncer se lo llevó en 2004, dejando tres hijos huérfanos. También San Francisco de Borja, que llegó a padre general de la Compañía de Jesús, encontró la vocación ante la impresión de una muerte, en su caso la de la emperatriz Isabel de Portugal. Fue cuando dijo aquello de "nunca más servir a señor que se me pueda morir".
"EL AMOR ERA MÁS FUERTE QUE LA MUERTE"
El padre Alberto Núñez lo explica así: "En lo duro de la situación sentí dentro de mí un amor profundo que no era el amor que sentía por mi hermano, sino la presencia de Dios que me quemaba por dentro. Para mí significaba que el amor era más fuerte que la muerte y que aunque mi hermano muriera siempre estaría vivo. Me hizo también entender que mi vida no podía seguir siendo como hasta entonces. Una llamada tremenda que no sabía entonces en qué se iba a concretar".
La vocación poco a poco se fue concretando: a pesar de que al poco tiempo de la muerte de su hermano aceptó el puesto de Director Corporativo de Estrategia en Gas Natural Fenosa ("el trabajo que siempre había soñado"), también inició un voluntariado en un centro psiquiátrico con los Hermanos de San Juan de Dios. Además, se matriculó en estudios nocturnos de Teología en la Uiversidad Pontificia Comillas.
Más tarde se mudó de su casa en una rica urbanización de Madrid a la comunidad de los jesuitas en el Pozo del Tío Raimundo, uno de los barrios más pobres de la capital. Más difícil fue dejar a su novia, pero ya no había vuelta atrás. Había arrancado la nueva etapa de este hombre que tanto había destacado en su carrera académica y profesional.
UNA LARGA Y FECUNDA CARRERA ACADÉMICA Y PROFESIONAL
Nacido en Madrid en 1967, estudió Primaria en La Salle San Rafael y Secundaria en el Instituto Joaquín Turina, ambos en Madrid Después se licenció en Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales en ICADE-Comillas, y se doctoró en Ingeniería Industrial por ICAI-Comillas.
Antes de entrar en la Compañía de Jesús trabajó durante quince años en varias multinacionales. Los primeros diez (1994-2004) en Bolsa y Banca de Inversión, primero en Société Générale y luego en BBVA, donde desempeñó la función de Responsable de Análisis paneuropeo del Sector Energético. En 2005 fue cuando se incorporó a Gas Natural Fenosa como Director Corporativo de Estrategia.
Ya como jesuita ha estudiado Filosofía y Teología (ciclo institucional) en Comillas y es Licenciado en Teología bíblica por la Universidad Gregoriana de Roma.
Fue ordenado sacerdote el pasado 17 de diciembre en la Iglesia de Comillas por el cardenal y arzobispo de Madrid Carlos Osoro. Desde septiembre de 2016 es el responsable de Pastoral Universitaria de la Universidad Pontificia Comillas.
"UN DESEO DE LLEGAR A LO PROFUNDO"
Él asegura que todo su proceso de estudio y aprendizaje ha estado caracterizado por "un deseo de llegar a lo profundo": "Estudiar es exigente, pero otra de las cosas bonitas es que siempre son etapas en las que se te abre el cerebro y la vida: por lo que aprendes, por la nueva gente que conoces..."
También relaciona ese deseo de profundizar con su vocación religiosa: "Cuando pienso en mi vocación encuentro que su origen es ese deseo de profundizar. Desde ese punto de vista, la fe como adulto ha sido para mí el descubrir una entraña siempre más profunda de la realidad, en paralelo a un comprobar que el dinero o el poder no resuelven los verdaderos problemas del mundo".
"Por supuesto, este deseo no basta para un día dejarlo todo y entrar en la vida religiosa, sino que ha estado marcado por una serie de experiencias personales mías, muy relacionadas con el descubrir a Dios en el mundo del sufrimiento y la muerte".
EP: ¿Cómo era tu vida anterior en relación a la fe? ¿Habías crecido en una familia católica?
AN: "Yo crecí en una familia en la que mi madre era católica y practicante. También recibí una educación religiosa como tantos niños del final de la dictadura o el inicio de la democracia. Pero luego, durante la época de la universidad, estuve más bien alejado sin llegar a perder nunca la fe. Era de esos que se denominaba católico no practicante. Volví a recuperar una fe activa cuando me incorporé al mundo laboral, después de acabar la primera etapa de la universidad".
"LA COMPAÑÍA DE JESÚS ES UN LUGAR EN EL QUE PUEDES VIVIR EL EVANGELIO"
EP: Renunciaste a mucho por ingresar en la Compañía de Jesús. ¿Está cumpliendo tu vida como jesuita tus expectativas?
AN: "Lo bonito de la Compañía de Jesús es que es un lugar en el que puedes vivir el Evangelio. Recibimos una formación larga y seria, pero también adaptada a las circunstancias de cada persona. Hay muchas obras y presencia por todo el mundo, pero siempre hay lugar para la vocación particular de cada individuo, para profundizar en alguna cuestión, construir algo nuevo o escuchar los gritos de los seres humanos".
EP: ¿Quién tiene más influencia hoy en la sociedad: los grandes ejecutivos o los jesuitas? ¿A quién se escucha más?
AN: "Si hablamos de jesuitas individuales me parece que al Papa Francisco se le escucha más que a cualquier gran ejecutivo. Pero si hablamos de colectivos, tienen en Occidente mucha presencia y tirón estos segundos".
EP: Ahora diriges la Pastoral en la Universidad de Comillas. ¿Qué se puede mejorar en el ámbito de la pastoral universitaria?
AN: "Pastoral tiene diversos cometidos. El más inmediato es la atención espiritual o religiosa a todas las personas de la comunidad educativa: alumnos, profesores y personal de servicios. Pero otro muy importante es la inspiración de la propia misión educativa e investigadora de la universidad, desde la convicción personal de que la fe, no solo implica una determinada sensibilidad humana, sino que ilumina decisivamente la realidad en un sentido particular: la reconciliación entre los seres humanos y la búsqueda de la verdad y la justicia.
Pastoral, en suma, quiere ser también un espacio de diálogo y encuentro entre todas las personas con independencia de la tradición religiosa o espiritual o no fe a la que pertenezcan, unidos por el deseo de construir un mundo más justo y más fraterno".
EP: En la sociedad española de hoy, ¿el cristianismo cotiza al alza o a la baja? ¿Los jóvenes universitarios invierten recursos en la fe?
AN: "Si miramos los números, parece que cotiza a la baja. Ahora bien, los que están me parece que son más auténticos y convencidos".
EP: ¿Qué sueños te gustaría realizar como jesuita?
AN: "Mi deseo es el de cualquier jesuita: tener los mismos sentimientos y actitudes de Jesucristo. En tres palabras: ser como él. Esto es lo más grande del mundo, por cuanto puedo juzgar por mi experiencia".