Plenario de la COP28 en Dubái. - Mahmoud Khaled/COP28/dpa
MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
El hidrógeno verde utiliza un tercio menos de agua que el azul, que además conlleva una serie de amenazas mayores para la seguridad hídrica debido a que se produce con combustibles fósiles, según se desprende de un informe realizado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) y Bluerisk, que apuesta por priorizar el hidrógeno verde para reducir estas amenazas por ser una alternativa "más respetuosa con el clima" debido a su procedencia de energías renovables.
Bajo el título "Agua para la producción de hidrógeno", el estudio ha sido presentado en la XXVIII Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), en la que la presidencia de la COP28 ha anunciado la producción de hidrógeno limpio a nivel mundial.
En este sentido, el informe expone que el hidrógeno verde más intensivo en agua también utiliza casi un tercio menos de agua por kilogramo de hidrógeno producido en comparación con el azul, que se fabrica a partir de gas natural con captura y almacenamiento parcial de carbono (CCS por sus siglas en inglés).
De este modo, el texto argumenta que el hidrógeno se promociona "a menudo" como una alternativa a los combustibles fósiles mientras que necesita de "grandes cantidades" de agua para su producción. En este sentido, la demanda mundial de agua para producir hidrógeno se triplicará para 2040, además de que se multiplicará por seis para 2050.
Con todo ello, una de las principales recomendaciones sugiere que aquellas plantas de producción de hidrógeno a partir de combustibles fósiles se retiren de forma prioritaria y se sustituyan por plantas de producción de hidrógeno verde para minimizar el impacto en los recursos hídricos locales así como la exposición del sector a los riesgos relacionados con el agua.
Por su parte, la directora en funciones del Centro de Conocimiento, Política y Finanzas de IRENA, Ute Collier, ha señalado la importancia de la investigación en el enfoque sobre el papel del hidrógeno "un aspecto a menudo pasado por alto" en la transición energética y el impacto de la producción limpia del hidrógeno en el agua.
"Algunas formas de producción de hidrógeno que pretenden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en realidad aumentarán el riesgo de estrés hídrico a nivel local, lo que refuerza el hecho de que el hidrógeno verde es la mejor opción para ayudar a reducir el estrés hídrico para alcanzar el objetivo climático mundial de 1,5 °C", ha añadido Collier en referencia a los Acuerdos de París de la COP27 para limitar el incremento de la temperatura global.
Por otro lado, el informe precisa que a pesar de la independencia del hidrógeno verde del agua por el uso de renovables para extraer hidrógeno del agua a través del proceso de electrólisis, este consume menos agua que todos los demás tipos de hidrógeno destinados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que el verde es la "mejor opción" tanto para la seguridad hídrica como para el clima.
En este sentido, el que más agua consume es el hidrógeno producido a partir de carbón con CCS, que tiene una intensidad hídrica superior al doble que la del hidrógeno verde.
De este modo, el director de Bluerisk, Tianyi Luo, ha explicado que los sistemas de captura y almacenamiento de carbono pueden disparar la demanda de agua para la producción de hidrógeno. "Añadir CCS a una planta de carbón que produce cerca de 230 kilotoneladas de hidrógeno al año requeriría un volumen de agua que podría abastecer a toda la población de Londres durante medio año", ha precisado.
Así, Luo ha señalado la claridad de los resultados, que implican a los responsables políticos y su labor en "dar prioridad" al hidrógeno verde "por encima de todo", especialmente en las regiones con escasez de agua.
Con todo ello, el informe recomienda que estas consideraciones en torno al agua se integren en la planificación del hidrógeno y la aprobación de proyectos relacionados. Ello se suma a que más de un tercio de los proyectos de producción de hidrógeno verde y azul previstos o en funcionamiento están destinados a regiones con falta de agua, lo que conlleva a un riesgo de interrupciones e incertidumbres en torno a la normativa medioambiental si no se gestiona la demanda de agua.