ROMA, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
El fiscal jefe del Vaticano, Roberto Zannotti, ha pedido 3 años para el expresidente del hospital pediátrico de la Fundación Bambino Gesù, Giuseppe Profiti, por haber presuntamente desviado 422 mil euros provenientes de los fondos de este centro administrado por la Santa Sede.
Según la acusación, ese dinero se habría usado para sufragar la reforma del ático en el que vive actualmente el ex secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone.
La Santa Sede ha explicado que además la fiscalía ha reclamado para Profiti la suspensión perpetua de cargos públicos y una multa de 5.000 euros.
Para el otro imputado del caso, el ex tesorero de la institución Massimo Spina, la Fiscalía ha pedido la absolución por falta de pruebas. La próxima audiencia del proceso ha sido fijada para el 14 de octubre.
El cardenal italiano Bertone --propietario del apartamento que supuestamente se reformó con fondos ilícitos-- no ha sido imputado por este caso. En el pasado, el portavoz oficial del Vaticano, Greg Burke, aclaró que por su condición de miembro del colegio cardenalicio no podría ser investigado por la justicia ordinaria, porque sólo puede ser investigado por el Tribunal Supremo especial del Vaticano, el único competente para abrir una investigación contra él.
Todo comenzó a raíz de una investigación publicada por el periodista italiano Emiliano Fittipaldi, que fue absuelto por falta de competencia territorial por el Vaticano en el proceso por la filtración y publicación de documentos reservados en su libro "Avarizia". En su investigación, Fitipaldin revelaba que una parte de la reestructuración del ático, un espacio de unos 600 metros cuadrados más otros 100 metros de terraza, al que se mudó Bertone tras ser sustituido como secretario de Estado, fue pagada con 422.000 euros euros procedentes de los fondos de la Fundación Bambino Gesù, que recoge donaciones para el hospital.
Según apuntaron varios diarios locales, la reforma no fue facturada por la empresa Castelli Re, la encargada de efectuar la reestructuración del edificio, ya que quebró en julio de 2015. Los fondos fueron a parar a una sociedad británica con sede en Londres, LG Concractor, controlada por el propietario de Castelli Re, Gianantonio Bandera, amigo personal del cardenal Bertone.