MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco canonizará este sábado 13 de mayo durante su visita como peregrino al Santuario portugués de Fátima a Francisco y Jacinta Marto, dos de los tres pastorcillos presentes durante las apariciones que, según la Iglesia católica, la Virgen hizo en Fátima en 1917, hace cien años.
Francisco y Jacinta eran hermanos y primos a su vez de la tercera vidente, Lucía. Ambos fueron beatificados en el Santuario de Fátima el 13 de mayo del año 2000 durante el Gran Jubileo por San Juan Pablo II, ante la presencia de la hermana Lucia dos Santos, la tercera vidente, cuyo proceso de beatificación está en fase diocesana y quien falleció cinco años más tarde, a los 98 años.
Francisco Marto era el mayor de los dos hermanos (nació el 11 de junio de 1908) mientras que Jacinta nació el 11 de marzo de 1910. La vida de ambos fue corta pues murieron a los 11 y a los 10 años, respectivamente, algo que ya les anunció la Virgen en su segunda aparición.
El 13 de mayo de 1917, los dos hermanos pastoreaban sus ovejas junto a su prima Lucía. En aquel momento se libraba en Europa la I Guerra Mundial. Los niños habían llevado sus ovejas a pastar en una hondonada cubierta de encinas de poca estatura, un lugar llamado 'Cova da Iria'. A mediodía, una luz muy brillante, como un relámpago sorprendió a los menores, según relata el libro 'Cien años de Luz' (Ediciones Palabra).
Esta fue la primera de seis apariciones que presenciaron los niños. Durante la misma, la Virgen les preguntó si querían rezar y ofrecer sacrificios a Dios por la "conversión de los pecadores" y los niños aceptaron. Además, les convocó el día 13 de cada mes hasta octubre.
Todas las veces, Lucía veía, escuchaba y hablaba a la Virgen, mientras que Jacinta solo la podía ver y escuchar y Francisco solo la escuchaba. Aunque los niños habían prometido guardar el secreto, Jacinta fue la primera en contárselo a su madre.
En las sucesivas apariciones, en las que se fueron congregando cada vez más personas, la Virgen mostró a los niños el Infierno y les reveló varios secretos: el fin de la I Guerra Mundial, el comienzo de la II Guerra Mundial, la caída del comunismo y el sufrimiento de los seguidores de Jesucristo y, en concreto, de un Papa, una visión esta última que se asociaría años más tarde al atentado que sufrió Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981.
El propio Juan Pablo II fue quien quiso que esta tercera parte del secreto se hiciera pública. Así lo anunció el cardenal Ángelo Sodano al final de la beatificación en el Santuario de Fátima de Francisco y Jacinta, el 13 de mayo del año 2000. Wojtyla quiso viajar a Fátima no solo para la beatificación sino también para agradecer a la Virgen su "protección". Al Pontífice le había parecido claro tras el atentado que había sido "una mano materna quien guió la trayectoria de la bala".