MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Ministros ha autorizado actuaciones hidrológico-forestales de emergencia por un importe total de 300.000 euros para reparar los daños por temporales y lluvias torrenciales y por los incendios del pasado verano en Alicante y Castellón.
Así, se invertirán 150.000 euros en trabajos de restauración por los temporales torrenciales en áreas afectadas por el incendio forestal que se inició en Jávea-Benitatxell el 4 de septiembre de 2016 y que estuvo activo hasta el 11 de septiembre, un periodo en el que afectó a un total de 811 hectáreas de las que 689 eran forestales.
Según recuerda el Gobierno, estas localidades sufrieron temporales torrenciales en el área afectada previamente por el incendio forestal y que se trata de una zona cubierta principalmente por pino carrasco y matorral calcícola, incluida en el lugar de importancia comunitaria (LIC) y la zona de especial protección para las aves (ZEPA), Penyasegats de la Marina.
Por otro lado, el Consejo de ministros ha aprobado también destinar 150.000 euros a actuaciones hidrológico-forestales de emergencia en varios términos municipales de Castellón afectados por temporales de lluvias e incendios forestales.
Los trabajos, que supondrán una inversión de 150.000 euros se realizarán en las localidades de Artana, Alcudia de Veo y Eslida, afectados por el temporal de lluvias durante los meses de diciembre 2016 y enero y febrero 2017.
El Gobierno ha valorado que estas zonas habían sido previamente asoladas por un incendio forestal del 25 de julio de 2016 que alcanzó una superficie quemada de 1.534 hectáreas.
El siniestro afectó a una zona principalmente forestal, con pino carrasco, incluyendo el lugar de importancia comunitaria (LIC) y la zona de especial protección para las aves (ZEPA) Sierra de Espadán. El 60,46 por ciento de la superficie afectada pertenece al LIC y el 100 por 10 a la ZEPA.
Además de la pérdida intrínseca del valor ecológico y económico del sistema forestal, también es importante destacar la eliminación de la función protectora de la vegetación original, lo que da lugar al desencadenamiento o aceleración de procesos de erosión, especialmente en las áreas con fuertes pendientes.
Los incendios afectan a los balances hidrológicos, no solo por la desaparición de la cubierta vegetal que reduce el impacto de las lluvias y la captación de las precipitaciones horizontales tan esenciales al ciclo del agua, sino también por la reducción de la infiltración y el aumento de las escorrentías superficiales.
Por ello, la emergencia de las actuaciones se plantea ante la necesidad de actuar de forma inmediata por los últimos temporales de lluvias torrenciales, para actuar contra la erosión y retirar la madera quemada y los restos que impiden la regeneración de la cubierta natural protectora. Esta actuación reducirá al mismo tiempo el riesgo de ataque de plagas forestales sobre los árboles dañados, que pudieran afectar al resto de la masa colindante no dañada por el incendio.