La historia del cautiverio de Francisco I en Madrid tras ser derrotado por Carlos V, Rey Emperador

'El emperador CarlosV', de Tiziano.
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Publicado: lunes, 26 octubre 2015 22:10

MADRID, 26 Oct. (EDIZIONES) -

La serie de TVE Carlos, Rey Emperador, recoge este lunes un capítulo de la historia que contribuyó a moldear las fronteras de Europa tal y como la conocemos hoy: el cautiverio del rey francés Francisco I en Madrid tras ser derrotado por las tropas de Carlos V en la batalla de Pavía, ocurrida en Italia en 1525.

Nacido en la localidad de Cognac, en 1494, Francisco I accedió al trono francés en 1515 tras casarse con la hija de Luis XII. Hombre de costumbres elegantes, encarnó el espíritu de monarca de renacimiento y se esforzó en impulsar las artes y la literatura del país, tal y como atestigua una exposición que se puede ver hasta diciembre en el Castillo de Chantilly.

Su ambición por expandir el área de influencia de Francia dentro de Europa le llevó a un enfrentamiento directo con Carlos I de España y V de Alemania, primero por el título de Sacro Emperador Romano Germánico, que ambos ambicionaban, y tras fracasar el rey francés en este intento, por la posesión de distintos territorios en Italia.

Tras perder Milán, Parma y Piacenza ante las tropas de Carlos en 1521, Francisco I sufrió su principal derrota en la batalla de Pavía en la que fue hecho preso por el soldado guipuzcoano Juan de Urbieta, según relata el historiador vasco Fausto Arocena.

HISTORIA DE SU CAPTURA

De acuerdo a la crónica de Juan de Oznayo, testigo participante en la batalla que recoge Arocena, un arcabucero mató al caballo de Francisco I en plena batalla y cuando el rey francés cayó al suelo, Urbieta se acercó a él y, poniéndole el estoque a un costado, le dijo que se rindiese.

Viéndose en peligro de muerte, el rey francés le pidió en francés que le perdonara la vida y le hizo saber que era el rey. El guipuzcoano que sabía algo de francés, le pidió que se rindiese y Francisco I le respondió que sólo se rendiría al Emperador.

Viendo Urbieta que un compañero suyo se encontraba en peligro cerca, pero sin querer soltar a su presa pidió a Francisco: "si vos sois el rey de Francia, hacedme una merced, consideraros prisionero mío". Francisco se lo prometió y todavía antes de irse Urbieta se alzó la visera y le mostró sus dientes --de la que faltaban dos dientes delanteros--: "En esto me conoceréis".

Francisco cumplió su palabra y fue hecho preso. En el apresamiento del rey participaron además otros soldados, como el granadino Diego Dávila, el gallego Alonso Pita da Veiga o el caballero don Juan de Aldan, que llegaron al lugar más o menos al mismo tiempo que Urbieta.

HISTORIA DE SU CAUTIVERIO

Tras este episodio, Francisco I es llevado como preso a Madrid, en donde, de acuerdo a la tradición popular, es alojado en la torre de los Lujones, en la Plaza de la Villa de Madrid.

A pesar de que los cronistas de la época recogen que el rey francés fue tratado como un húesped distinguido, al parecer Francisco cayó en una depresión debido a su cautiverio, que le llevó a dejar frases para la historia como la que escribió a su madre en una carta desde Madrid: "todo se ha perdido, menos el honor y la vida".

Tras permanecer en la corte varios meses, Francisco accedió a firmar el Tratado de Madrid, por el que renunciaba a los territorios del Milanesado, Génova, Borgoña, Nápoles, Artois, Tournai y Flandes y se comprometía a casarse con Leonor, hermana de Carlos I de España.

Como garantía de cumplimiento de este tratado, Francisco se vio obligado a enviar a dos de sus hijos a España, aunque finalmente la garantía no surtió mucho efecto porque tras cruzar la frontera, el rey declaró que había sido obligado a firmar el tratado bajo coacción y lo declaró nulo.