MADRID, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Arzobispado de Madrid ha puesto en marcha la 'Comisión diocesana para una vida libre de violencia contra las mujeres' que trabajará "para la erradicación de la violencia machista en la comunidad" y ofrecerá herramientas a los agentes de pastoral para que sepan reaccionar ante casos de mujeres maltratadas que se acerquen a sus parroquias.
Esta comisión, que se dará a conocer este sábado 22 de julio, con motivo de la fiesta de santa María Magdalena, está formada por la directora de la Fundación Luz Casanova, Julia Almansa; la directora del Proyecto Esperanza Adoratrices, Ana Almarza; la delegada de Pastoral Penitenciaria de Madrid, María Yela; la religiosa apostólica del Sagrado Corazón Pepa Torres; la vedruna Cova Orejas Fernández; Elena Valverde, de la Fundación Luz Casanova; la trabajadora social y experta en temas de violencia contra la mujer Inés Abril, y la abogada Nilda Jiménez, según ha informado el Arzobispado.
La iniciativa tiene su origen en los trabajos llevados a cabo el pasado mes de diciembre en la primera jornada STOP Violencia contra la mujer, organizada por el Arzobispado de Madrid y la Fundación Luz Casanova. El vicario de Pastoral Social e Innovación, José Luis Segovia, subrayó que "la Iglesia de Madrid toma partido de manera incondicional por las víctimas de la violencia machista".
El primer paso de la comisión será la difusión de un vídeo al que todos los madrileños podrán sumarse con el mensaje: 'En nombre de Dios, ni una muerte más. Dios nos quiere vivas'. Además, quieren que el próximo sábado 22 de julio las redes sociales se llenen de mensajes en los que la Iglesia "se posicione claramente y de manera radical contra la violencia y en el acompañamiento a las víctimas", según indica la directora de la Fundación Luz Casanova, Julia Almansa, al semanario Alfa y Omega.
Además, entre las tareas de la comisión se encontrarán la de trabajar en las parroquias y comunidades eclesiales para acercar las situaciones que están viviendo las víctimas de la violencia de género; y ayudar a que los agentes pastorales tengan herramientas para detectar a una posible víctima cuando alguien se acerca a la parroquia, que sepan sostener la conversación y derivar el caso.
Según reconoce la religiosa apostólica del Sagrado Corazón y miembro de la comisión Pepa Torres, "no siempre el papel de la Iglesia en este tema ha sido de desvelar, sino a veces de ocultar o de animar a las mujeres a la resignación". Por ello, insiste en que su labor ahora es recordar "que la violencia contra la mujer es contraria al Evangelio".