MADRID, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio del Interior ha entregado este miércoles la medalla de oro al mérito social penitenciario al cardenal Antonio María Rouco Varela y a la Real Federación Española de Fútbol por el "extraordinario" apoyo que han prestado a la administración penitenciaria y la labor que desarrollan para fomentar la reinserción de los presos en la sociedad.
El ministro Jorge Fernández Díaz ha presidido la entrega de las medallas, que se conceden con motivo de la festividad de Nuestra Señora de la Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias, acompañado por el secretario general del ramo, Ángel Yuste Castillejo, y el director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa.
Durante su intervención en el acto celebrado en la Escuela de Guerra del Ejército de Madrid, el ministro ha reconocido el esfuerzo de diversas personas e instituciones que trabajan por la rehabilitación y la reinserción social de los reclusos
En particular, ha destacado la labor de Rouco Varela "por toda una vida dedicada a los más desfavorecidos y, concretamente a las personas privadas de libertad" y ha enfatizado su "especial y única" colaboración con los centros penitenciarios, especialmente la que ha desarrollado en la cárcel de Soto de Real en Madrid, en la que ha visitado los "módulos más conflictivos" y ha acudido a celebrar oficios religiosos con los internos.
De igual modo, el ministro ha hecho hincapié en el compromiso de la Federación Española de Fútbol al tratar de introducir el "espíritu deportivo" en las prisiones españolas así como su esfuerzo en poner en valor los aspectos "más universales y positivos del deporte" para favorecer la reinserción social de los presos.
CINCO MEDALLAS DE ORO
Además, Fernández Díaz ha entregado las medallas de oro al mérito penitenciario a cinco profesionales de administración penitenciaria y ha elogiado su conducta, "profesionalidad" y su "la vocación de servicio": "Son auténticos modelos de profesionalidad y conducta para quienes trabajan junto a ellos", ha señalado.
Los galardonados en este ámbito han sido los directores del centro Ocaña I y Puerto II, Ángel Fernández y Antonio Muniz, los jefes de Área de Tratamiento y Formación de la Secretaría General, Jesús María Gómez y Luis Jesús López, y el responsable del Área de Coordinación Territorial de la Entidad Estatal Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo.
También se ha referido al resto de personas condecoradas con medallas de bronce y de plata ha hecho hincapié en su empeño en "acercarse a aquellos que han sentido la privación de libertad". En la categoría de plata destaca el premio otorgado al arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo Pelegrina, al que el ministro ha hecho una especial mención en su discurso.
RESPONSABILIDAD Y PROFESIONALIDAD DE 24.000 FUNCIONARIOS
En general, ha subrayado la "responsabilidad" que los 24.000 personas que integran la Administración Penitenciaria mantienen con la sociedad española y ha mostrado su gratitud. "Hay que reconocer que frente a las adversidades económicas, en ningún caso, habéis dejado de atender obligaciones y deberes", ha dicho, ensalzando la misión constitucional que tienen y el "servicio público esencial" que desarrollan.
Por su parte, Yuste ha agradecido el "compromiso humanitario" de los premiados: "Hoy queremos testimoniar nuestra gratitud a algunos de ellos", ha dicho este miércoles cuando se cumplen 75 años desde que La Merced fue declarada patrona de las instituciones penitenciarias, al mismo tiempo que ha apuntado a la "calidad humana" del personal que allí trabaja ya que, a su juicio, "no responde con indiferencia al sufrimiento del encarcelado".
En concreto, ha expresado su agradecimiento a Rouco Valera, con el que ha dicho haber visitado varias prisiones y, por este motivo, ha constatado su preocupación por los internos, y también ha mencionado el fomento de la reinserción de los reclusos en la sociedad que realiza la Federación Española de Fútbol.
El ministro de Interior ha recordado a los funcionarios de prisiones que han sido víctimas de terrorismo que "sólo por cumplir fielmente con sus cometidos fueron objeto de la amenaza cobarde e indiscriminada" de los terroristas llegaron a dar "incluso su propia vida"