Isabel de Portugal y Carlos V, Rey Emperador: una relación marcada por las ausencias

Portadilla de Isabel de Portugal, reina de España
Foto: EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 22 septiembre 2015 10:07

MADRID, 21 Sep. (EDIZIONES) -

Isabel de Portugal llegará esta noche a las pantallas de millones de hogares españoles con su primera aparición en la serie Carlos, Rey Emperador. La actriz Blanca Suárez será la encargada de encarnar a la prima y a la vez esposa de Carlos I de España.

Desde que se casó con su primo, el 11 de marzo de 1526, Isabel tuvo una existencia solitaria, al sufrir las largas ausencias de su esposo, en algún caso de hasta 4 años. Algunos de sus biógrafos aseguran que esa soledad fue una de las causas de su muerte prematura.

Así lo recoge el artículo 'La emperatriz solitaria', Isabel de Portugal, de la web mujeresenlahistoria.com, que asegura que la emperatriz del Sacro Imperio Romano no salió nunca de la Península, en la que permaneció fiel a su marido hasta el final de su corta vida.

Nació en 1503 en el Palacio Real de Lisboa, hija de los reyes Manuel y María de Portugal. A los 13 años su madre falleció tras dar a luz a su octavo hijo. Tras el deceso de su mujer, el padre de Isabel se casó con Leonor, hermana mayor de Carlos e hija de Juana la Loca y Felipe el Hermoso.

La boda de Carlos era un asunto de gran interés político y estratégico en la época y el nombre de Isabel siempre se había barajado como una de las candidatas idóneas. El fallecimiento del rey Manuel a finales de 1521 y la sucesión en el trono por su hijo Juan III terminaron de decantar la balanza a su favor.

MATRIMONIOS CONCERTADOS

Juan III, hermano de Isabel y soltero, ofreció a Carlos I, también soltero, este trato: el rey portugués se casaría con Catalina, la hermana pequeña de Carlos, y éste aceptaría por esposa a su prima Isabel.

Aún pasarían unos años antes de que el pacto se hiciera realidad. Catalina salió en 1525 de Tordesillas, donde acompañaba a su madre, Juana la Loca, en su reclusión.

El 17 de octubre de 1525 se firmaron las capitulaciones matrimoniales entre Carlos e Isabel y el 1 de noviembre tuvo lugar en el palacio real de Almeirim (Portugal) la boda por poderes. Convertida ya en esposa de Carlos I, ella se desplaza a Sevilla, donde tiene que esperar a marzo de 1526 para conocerle. El 11 de marzo se casan en los Reales Alcázares sevillanos.

A pesar de ser un matrimonio por compromiso y de conveniencia, muy frecuente en la realeza de la época, hubo un amor sincero entre ambos y su mutuo afecto fue aumentando a lo largo de los años.

NACE EL PRIMOGÉNITO, FELIPE

En su primer verano juntos, el de 1526, Isabel se queda embarazada. El primogénito del matrimonio, nacido el 21 de mayo de 1527, se convertiría casi 30 años después en Felipe II de España, el Rey prudente.

Meses después, en 1528, Isabel queda por primera vez sola como gobernadora con los plenos poderes recibidos de su esposo, que vuelve pronto de sus viajes para reencontrarse con ella, de nuevo embarazada. El 21 de junio de 1528 nace la segunda hija de ambos, María, dejando a Isabel debilitada tras el parto.

En marzo de 1529 el emperador se ve obligado a viajar a Italia y en su ausencia nace su tercer hijo, Fernando, el 22 de noviembre de 1529, noticia que el rey conoció en Bolonia. No le llegó a conocer, pues el pequeño murió el 13 de julio de 1530, sumiendo a Isabel en una tristeza que agravaría su estado de salud.

No se reencontraría con su esposo hasta tres años después. En 1535 Isabel da a luz a su cuarta hija, Juana. El rey se ve obligado de nuevo a viajar, esta vez a Túnez, y el matrimonio se reencuentra en 1536: el 19 de octubre da a luz a Juan, quedando de nuevo en mal estado de salud.

El siguiente reencuentro y embarazo sería el último. El sexto hijo de ambos nació muerto a los 4 meses de embarazo. Isabel de Portugal no sobrevivió a este último parto y murió el 1 de mayo de 1539, con tan solo 36 años. Fue enterrada en la Capilla Real de Granada.