Los israelíes esperan el regreso de los peregrinos pese a la guerra en Gaza: "Tierra Santa está vacía y es desolador"

Una religiosa reza en la Basilica de la Anunciación, en Nazaret (Israel)
Una religiosa reza en la Basilica de la Anunciación, en Nazaret (Israel) - EUROPA PRESS
Actualizado: sábado, 10 agosto 2024 11:29

Sigue en directo las últimas noticias sobre la guerra en Gaza

Israel sigue apostando por el turismo, especialmente el religioso, que supone un 60 por ciento del total

JERUSALEN (ISRAEL), 10 Ago. (del enviado especial de EUROPA PRESS, José María Navalpotro) -

Los habitantes de Israel ansían el regreso de los peregrinos, desaparecidos prácticamente tras el inicio de la guerra en Gaza, el pasado 7 de octubre de 2023. "Tierra Santa está vacía y es desolador", comenta a Europa Press María Ruiz, una española que trabaja desde hace seis años para el Patriarcado Latino en Jerusalén.

En la actualidad, los Santos Lugares, habitualmente repletos de peregrinos, se hallan casi vacíos y sin visitantes, según ha podido comprobar un grupo de periodistas españoles que han viajado a Israel este mes de julio, de la mano de la Oficina de Turismo de Israel en España.

En uno de los lugares más simbólicos del cristianismo, la basílica del Santo Sepulcro, es posible ahora acceder sin problema y sin aglomeraciones. Además, cualquier peregrino puede escuchar Misa a primera hora de la mañana en la tumba de Jesús (en el edículo dentro del Santo Sepulcro), cuando habitualmente solo lo pueden hacer pequeños grupos de peregrinos y previamente concertados.

"Jerusalén, para los que hemos vivido en ella desde hace tiempo, como yo, que llevo seis años, está vacía. Por un lado, hay muy pocos peregrinos, y por otro, hay muchas más fuerzas de seguridad en las calles, y eso crea una sensación un poco extraña, aunque la vida continúa con aparente normalidad", detalla María Ruiz.

Como relata, ha visto "grupos de peregrinos en los últimos meses, sobre todo, asiáticos y brasileños, pero nada comparado con lo que había antes de la guerra". Muchos de los que proceden de Brasil son neocatecumenales "porque, al final de su itinerario, hacen un viaje a Tierra Santa", señala la española. "Ellos quizá son más lanzados, porque tienen ya un conocimiento del terreno y contactos locales, y tienen más elementos para discernir la seguridad de hacer un viaje", precisa.

Para esta joven que trabaja en el Patriarcado Latino --la máxima autoridad católica latina en esta zona-- "tanto el patriarca, como el resto de las iglesias cristianas, estamos deseando y esperando, y animando a las personas a venir, a volver". Como defiende, es muy importante "tanto por la experiencia que se vive en Tierra Santa como por el bien que los peregrinos traen; por el hecho de visualizar la presencia cristiana y también por normalizar la vida ordinaria".

En las calles de las principales ciudades de Israel, fuera de las zonas próximas al conflicto, no son visibles huellas de la guerra, más allá de los carteles en muchas plazas y calles, y en el aeropuerto de Ben Gurion en Tel Aviv, donde recuerdan a los 121 rehenes que aún siguen secuestrados por Hamás.

"NO TENEMOS A NADIE. SOBREVIVIMOS CON LA AYUDA DE LA CONGREGACIÓN"

En Nazaret, junto a la basílica de la Anunciación, se encuentra el centro Santa María de Nazaret, que llevan las Sisters of Nazaret, una congregación fundada en Lyon. En esta casa viven ocho religiosas ahora. Su centro de peregrinos tiene capacidad para albergar hasta a 110 personas y siempre suele estar llena. Pero, como advierte Sister Gina, una religiosa de Kerala (India), "ahora no tenemos a nadie". "Sobrevivimos con la ayuda de la Congregación", lamenta.

Sister Gina, una de tantas religiosas que permanecen en Tierra Santa, ahora continúa su labor de atención a los pocos visitantes que llegan. Casi todos, israelíes. Explica y muestra al grupo de periodistas españoles que el Centro María de Nazaret alberga lo que se supone fue la "tumba del Justo" (san José), hallada de modo casi fortuito.

Israel sigue apostando por el turismo, especialmente el religioso, que supone un 60 por ciento del total, como explica Myriam Nedjar Kadouc, israelita, historiadora y guía de la Tierra Santa. Por ejemplo, el pasado mes de abril, abrió sus puertas el hotel 'David's harp' (el Arpa de David) en la Galilea, un gran complejo hotelero que en la actualidad acoge principalmente a población judía, a la espera de turistas religiosos.

En Jerusalén, los museos también abren sus puertas, sobre todo a locales, como en el renovado museo de la Torre de David, que se ha convertido en el museo de la historia de la ciudad de Jerusalén y que desde el 7 de octubre recibe mayoritariamente a turistas israelíes.

RÉPLICA DEL CAMINO DE SANTIAGO

En este sentido, las autoridades del país siguen apoyando diferentes iniciativas puestas en marcha recientemente para fomentar las rutas en Tierra Santa. Una de ellas es el 'Gospel Trail', un recorrido a pie desde Nazaret a Cafarnaúm siguiendo los pasos de Jesús; o el 'Way to Jerusalem', lanzado el año pasado por una argentina israelí, Yael Tarasiuk y un israelí, Golan Rice, ambos judíos, que pretende ser una especie de réplica del Camino de Santiago. Hasta ahora se ha organizado la primera parte, desde Jaffa hasta Jerusalén en seis etapas.

La idea es que el Camino de Jerusalén definitivo haga la misma ruta de la Sagrada Familia, de Nazaret a Belén, para acabar en la ciudad tres veces santa. En Magdala, un resort e importante centro arqueológico levantado por los Legionarios de Cristo a orillas del mar de Genesaret, se sostienen en estos meses con peregrinos religiosos y con refugiados, según explica uno de los responsables, el P. Kelly.

Asegura que siguen recibiendo autobuses de comunidades neocatecumenales y además han acogido a 240 trabajadores de un kibutz, desplazados por la guerra. "A finales de junio tuvimos una alarma de bombardeo. Desde el 7 de octubre era la segunda. Ninguna más. Y además fue falsa alarma", explica este sacerdote.

Mientras, todos los lugares religiosos de Tierra Santa siguen semivacíos. Puntos emblemáticos, como la Basílica de la Anunciación, en Nazaret, o la iglesia de las Bienaventuranzas, o la del Monte Tabor, o el cenáculo y la basílica de la Dormición, en Jerusalén, entre otros, que se pueden visitar sin ninguna aglomeración de peregrinos.

En Cafarnaúm, Rosana, una solitaria peregrina peruana, residente en Estados Unidos, detalla a Europa Press que éste es su viaje número doce a Tierra Santa. "No tengo miedo. Mi familia piensa que estoy loca, pero es que no entienden lo que significan para mí Cristo y este lugar", asevera.

"LOS PEREGRINOS SON EL QUINTO EVANGELIO"

George, un árabe palestino cristiano copto, lamenta que "ahora prácticamente solo haya turismo interior, de israelíes y palestinos". Él, que es un experto en leyes que ha trabajado para el Patriarcado latino, afirma que "los peregrinos son el quinto Evangelio". "Son las piedras vivas de Tierra Santa. Los necesitamos", concluye.

Desde el Centro de Visitantes Saxum, en Abu Gosh, en el camino de Emaús, la responsable Blanca Ramírez confirma que ahora se dedican a atender a "visitantes judíos, e incluso musulmanes". Desde que abriese las puertas en 2019, ofrece a los peregrinos una explicación general y organizada de todo que van a ver en Tierra Santa. Antes del 7 de octubre recibían 1.800 visitantes al mes. Después, solo ha venido un grupo, como tal. Ahora trabajan dos personas, que siguen al pie del cañón para atender a quienes llegan.

María Ruiz, la española que trabaja en el Patriarcado, reitera la importancia que tiene el hecho de que los peregrinos regresen "por el hecho de visualizar la presencia cristiana y también por normalizar la vida ordinaria". "La presencia de personas que son de alguna manera testimonios, testigos internacionales, da a la población local un deseo de, al menos, mostrar una imagen de normalidad y de que las cosas discurran con mayor normalidad", reclama.

Leer más acerca de: