MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
Muchas zonas del interior este y sur de la Península registraron este miércoles numerosas precipitaciones, según el resumen elaborado por el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), José Luis Camacho. Las mayores cantidades registradas en la red de AEMET se dieron en Teruel, donde cayeron 48,2 litros por metro cuadrado (l/m2). Además, ocho estaciones de la red de AEMET superaron los 40ºC y el alisio sopló con mucha fuerza en Canarias.
En el caso de las precipitaciones, estuvieron acompañadas de tormenta, granizo y rachas de viento fuerte, así como lluvias asociadas al flujo marítimo en el Cantábrico. A su vez, hubo incluso alguna precipitación débil en zonas montañosas de Canarias.
En este sentido, el portavoz de AEMET también ha destacado las precipitaciones en la provincia de Ciudad Real, donde cayeron 29,2 l/m2, 28 de ellos en solo una hora, con especial hincapié en las de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), donde se registraron 18,2 l/m2, casi todo en una hora. En el Cantábrico, destacan las de Llanes (Asturias), donde cayeron 9,4 l/m2.
En lo que respecta a los termómetros, el portavoz ha explicado que este miércoles continuó el calor en muchos puntos de la Península. De hecho, ocho estaciones superaron los 40ºC de máxima. La lista la encabezó Oropesa (Toledo), con 40,6ºC. Tras ella estuvieron Mérida (Badajoz), que llegó a los 40,5ºC; y Candela (Ávila), que marzó 40,2ºC. En el otro extremo estuvo Cap de Vaqueira (Lleida), que registró la mínima absoluta con 5,9ºC.
Respecto a los valores superiores de viento registrados en la red, la mayoría se concentran en Canarias, destacando el caso de Agaete, en el noroeste de Gran Canaria, que registró con 88,9 kilómetros por hora (km/h).
En este punto, Camacho ha mencionado el efecto de la inversión del alisio en el archipiélago separando el aire frío oceánico del aire cálido subtropical. Tal y como ha explicado, este efecto provocó mínimas superiores a 25ºC en zonas de media montaña de Tenerife y Gran Canaria. Así, ha puesto como ejemplo San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), a 850 metros sobre el nivel del mar, en donde se apreció la baja humedad relativa y la temperatura elevada propia del aire seco subtropical procedente del Sahara.