Lombardi, director de comunicación de Benedicto XVI,: "Gobernó sin teatralidad ni búsqueda de salvar su propia imagen"

Archivo - El portavoz de la Santa Sede con Benedicto XVI, el padre Federico Lombardi
Archivo - El portavoz de la Santa Sede con Benedicto XVI, el padre Federico Lombardi - EUROPA PRESS - Archivo
Actualizado: sábado, 31 diciembre 2022 11:56

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   ROMA, 31 Dic. (EUROPA PRESS) -

   El sacerdote Federico Lombardi, jesuita, director de la sala de prensa del Vaticano durante el pontificado de Benedicto XVI, ha destacado que fue "un maestro de la inteligencia de la fe en nuestro tiempo" y que gobernó sin "teatralidad ni búsqueda de salvar su propia imagen o la de la propia Iglesia".

   "Afrontó los escándalos que estallaron durante su gobierno sin teatralidad ni búsqueda de salvar su propia imagen o la de la Iglesia, sino guiado por un deseo de verdad y justicia", ha señalado Lombardi en declaraciones al diario italiano 'La Repubblica'.

   El también presidente de la Fundación Joseph Ratzinger - Benedicto XVI ha destacado que su dimisión al pontificado en 2013 fue un "acto de gobierno" que se "recordará en los libros de historia". Sobre todo, ha destacado que fue un "maestro de la inteligencia de la fe en nuestro tiempo". Así en declaraciones a los medios del Vaticano ha asegurado que no cabe duda de que el pontificado de Benedicto XVI se ha caracterizado más "por su magisterio que por su acción de gobierno". Del mismo modo, ha subrayado que ha presentado siempre una "fe siempre en diálogo con la razón, una fe razonable; una razón abierta a la fe".

   "El Papa Ratzinger fue justamente respetado por quienes viven atentos a los movimientos del pensamiento y del espíritu y buscan leer los acontecimientos en su significado más profundo y a largo plazo, sin detenerse en la superficie de los acontecimientos y los cambios", ha asegurado.

   Según Lombardi, no temía confrontar ideas y posturas diferentes, miraba con lealtad y clarividencia las grandes cuestiones, el oscurecimiento de la presencia de Dios en el horizonte de la humanidad contemporánea, los interrogantes sobre el futuro de la Iglesia, particularmente en su país y en Europa. "Y buscaba afrontar los problemas con lealtad, sin rehuirlos, aunque fueran dramáticos; pero la fe y la inteligencia de la fe siempre le permitieron encontrar una perspectiva de esperanza", ha subrayado.

   Así, también ha destacado el "valor intelectual y cultural" de quien fuera durante 24 de los 26 años de pontificado de su predecesor, Juan Pablo II, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. "Fue un servicio a la unidad de la fe de la Iglesia en las décadas posteriores al Concilio Vaticano II, afrontando tensiones y desafíos de época en el diálogo con el judaísmo, el ecumenismo, el diálogo con otras religiones, la confrontación con el marxismo, en el contexto de la secularización y la transformación de la visión del hombre y la sexualidad", ha señalado Lombardi.

   Por otro lado, también ha incidido en que logró proponer una "síntesis doctrinal tan amplia y armoniosa como la del Catecismo de la Iglesia Católica", acogida por la inmensa mayoría de la comunidad eclesial con un "consenso inesperado, para llevar a esta comunidad a cruzar el umbral del tercer milenio sintiéndose portadora de un mensaje de salvación para la humanidad".

   Lombardi también ha hablado de la gestión de los abusos sexuales durante el pontificado de Benedicto XVI y ha recordado que fue causa de "críticas y ataques personales contra él hasta sus últimos años, y por tanto también de un profundo sufrimiento".

CADA VEZ MÁS CLARIDAD ANTE LA GRAVEDAD DE LOS ABUSOS

   "Estoy firmemente convencido de que vio cada vez con mayor claridad la gravedad de los problemas y tuvo un gran mérito al abordarlos con amplitud y profundidad de miras en sus diversas dimensiones: la escucha de las víctimas, el rigor en la búsqueda de la justicia ante los crímenes, la curación de las heridas, el establecimiento de normas y procedimientos adecuados, la formación y la prevención del mal", ha considerado Lombardi.

   Del mismo modo ha confirmado que siempre actuó en base a la verdad: "Benedicto XVI nunca se preocupó por una imagen" de sí mismo o de la Iglesia que no correspondiera a la verdad".

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