SANTIAGO DE COMPOSTELA 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
La eurodiputada de UPYD Maite Pagazaurtundua ha alertado de las "mutaciones" registradas en los fenómenos del terrorismo internacional del siglo XXI, donde conviven movimientos de corte "clásico" con otros que actúan "como una franquicia", y ha apostado por analizar y estudiar estos flujos para "intentar adelantarse a esas tendencias" y "ser más fuertes" para prevenir la amenaza.
Así lo ha señalado durante el acto de presentación del 'Libro Blanco y Negro del terrorismo 2000-2016', una obra que ofrece una radiografía del terrorismo "poniendo nombre" a las víctimas, situando el impacto de estos movimientos en las regiones europeas y analizando la legislación en este ámbito en los estados miembros de la UE.
Este libro pretende cubrir la ausencia de un estudio concreto sobre el terrorismo europeo y ofrecer una base de datos con las víctimas de estos movimientos, además de servir como herramienta de trabajo "sencilla" y "rápida de entender" para la toma de decisiones políticas.
La diputada ha señalado que el mundo vive un momento en el que coincide el final de movimientos "marginales" y la "entrada abrupta" del yihadismo, "una de las grandes amenazas del siglo XXI", acompañada del auge de populismos ultranacionalistas que aprovechan la situación para arrojar su mensaje de xenofobia.
Estos fenómenos han derivado en víctimas que sobrepasan las fronteras de influencia de los países de origen de estos movimientos, conviviendo terrorismos de corte tradicional con otros que se propagan y extienden su red de captación en plena era digital.
La eurodiputada ha advertido de las redes de captación que apuntan a los jóvenes y del "veneno" del discurso ideológico con el que consiguen acercar a estos ciudadanos a la causa. Un "elemento patológico" que ha comparado con casos de terroristas recibidos "como héroes" cuando salen de prisión en España.
Según ha señalado, más de 5.000 europeos se han unido al Estado Islámico y que DAESH ha ordenado o inspirado un total de 75 ataque sen 20 países fuera de Siria o Irak.
Por ello, ha insistido en que se trata de "un problema de largo alcance" para el que no existe "una solución mágica", sino que se necesitan informes y datos elaborados desde la sencillez y "el rigor".
"HUMANIZAR" A LAS VÍCTIMAS
Esta es la tesis que ha inspirado el impulso a estos informes. En primer lugar, "humanizando" a las víctimas y poniéndoles nombres y ofreciendo infografías "claras" para analizar la evolución de este fenómeno, a través de los datos del terrorismo del libro negro.
El 'Libro Blanco', por su parte, ofrece un análisis del "fenómeno multiforme" de estos movimientos en Europa, con la colaboración de expertos como Fernando Savater, entre muchos otros. Finalmente, la obra concluye con un estudio comparado de la legislación sobre víctimas del terrorismo en los países de la UE.
"La mayoría (de los países) no eran conscientes de que no tenían legislación específica", ha señalado la eurodiputada, advirtiendo de que la "buena voluntad" no siempre sirve, sino que a veces "hay que poner límites, prevenir y detener" para frenar estas dinámicas.
Para abordar esta problemática, ha apostado por la cooperación transnacional y las políticas de seguridad pública e inteligencia, atender a las víctimas apropiadamente, educar a la ciudadanía y prevenir la radicalización de los jóvenes hacia tendencias violencias, atacando "el veneno ideológico" que utilizan las redes de captación y "desactivar el discurso del odio".
Para ello, ha hecho hincapié en "rehumanizar la mirada" de los jóvenes en vías de radicalización "como elemento clave" para herir a estos movimientos, situando la visibilización de las víctimas como "potencial de deslegitimización" de estos discursos.
En este sentido, ha advertido que las víctimas del terrorismo tienen consideraciones individuales, por su experiencia propia, y colectivas, dado que reabren sus heridas cada vez que se producen actos violentos de esta índole.
UN "ACTO DE CONTRICCIÓN"
También presente en el acto, el catedrático Roberto Blanco Valdés ha advertido de que la lucha antiterrorista representa la lucha "por los derechos civiles", y cree que en España todavía es necesario "un acto de contrición" de la sociedad con respecto a esta problemática.
Blanco Valdés ha recordado que gran parte de la sociedad se creía que los terroristas eran "pistoleros", mientras que en el País Vasco "no se podía ejercer la libertad de expresión", de manifestación "o de cátedra".
Finalmente, José Julio Fernández (exvaledor do Pobo) ha alertado de que el terrorismo es "un problema estructural" que requiere de trabajos de este tipo para "arrojar luz" sobre la realidad europea y dar pasos para "fortalecer" el sistema democrático ante los nuevos fenómenos de 'ciberterrorismo'.