MADRID/ROMA 27 Feb. (EUROPA PRESS) -
Este viernes a las 20,00 horas se cumplirá un año desde que se hiciera efectiva la renuncia de Benedicto XVI al Pontificado, tras 2.872 días, dos horas y 10 minutos, intensos hasta el último, más aún desde que el 11 de febrero de 2013, anunciara su renuncia por falta de fuerzas y por el bien de la Iglesia, convirtiéndose en el primer Papa que renunciaba en 700 años.
Justo un año después, el Papa Emérito ha aprovechado para aclarar que su renuncia fue "libre" y, por tanto, "válida" y que las especulaciones sobre la invalidez de la misma son "simplemente absurdas". Así lo ha asegurado en una carta enviada al diario italiano 'La Stampa' y publicada este miércoles.
A partir del día en que se hizo efectiva su renuncia, Benedicto XVI empezó a ser llamado Papa emérito y comenzó a vestir la sotana blanca simple. Tampoco llevaría ya sus zapatos rojos sino unos mocasines marrones que le regalaron en su viaje a León (México).
Su primer alojamiento fue Castel Gandolfo, la residencia de verano de los pontífices. Allí vivió durante dos meses, mientras se realizaban las adaptaciones oportunas en la que iba a ser su nueva residencia en el antiguo monasterio 'Mater Eclesiae' y allí recibió la visita del Papa Francisco, el 23 de marzo. Ese día, las primeras imágenes de ambos Papas juntos abrazándose delante del helicóptero y rezando en la capilla arrodillados en el mismo banco, dieron la vuelta al mundo.
Poco más de un mes después, Benedicto XVI regresó al Vaticano donde le esperaba Francisco para darle la bienvenida. A partir de entonces, Ratzinger comenzó una nueva vida en el monasterio 'Mater Ecclesiae' junto a las cuatro 'memores Domini' (Rossella, Loredana, Carmela y Cristina), las laicas consagradas de Comunión y Liberación que le asisten desde entonces, y su secretario particular.
Allí, el Papa Emérito se dedica a la lectura, da un paseo, duerme la siesta, reza junto a Gänswein mientras camina por el pequeño bosquecillo que hay a espaldas del monasterio y ve el telediario, según ha indicado su secretario personal en una entrevista concedida a la revista Palabra que se publicará en su número de marzo y que ha sido adelantada por Europa Press.
Entre sus apariciones de este año, destaca su presencia el pasado sábado en el Consistorio para la Creación de 19 nuevos cardenales, entre ellos, el español Fernando Sebastián. El Papa Emérito sorprendió con la que fue su primera participación en un acto importante de la Iglesia desde su renuncia. No obstante, Gänswein ha precisado en una entrevista al diario norteamericano 'The Washington Post', que este gesto no significa que Benedicto XVI haya vuelto al terreno de juego.
UN AÑO "OCULTO DEL MUNDO"
Con gritos de 'Viva el Papa' y aplausos, las puertas del Palacio de Castel Gandolfo se cerraron a las 20,01 horas del 28 de febrero de 2013, momento en que la Guardia Suiza se retiró, dando por finalizado el Pontificado del cardenal Joseph Ratzinger. "No abandono la cruz", precisó en su última audiencia, aunque días antes había indicado que permanecería "oculto para el mundo".
En su última audiencia, en la que estuvo arropado por unos 150.000 fieles y cerca de 70 cardenales, Benedicto XVI explicó que la Iglesia había pasado durante sus ocho años de Pontificado por días de luz en los que las aguas estaban tranquilas, como podrían ser las Jornadas Mundiales de la Juventud de Colonia y de Madrid, y otros en que la barca había tenido que atravesar aguas agitadas, como serían el caso Vatileaks o la lucha contra los abusos sexuales.
Concretamente, el escándalo de la filtración de documentos reservados, que concluyó con la concesión de la gracia por parte de Benedicto XVI a su exmayordomo, Paolo Gabriele, fue el último viaje entre aguas revueltas en las que tuvo que navegar el Pontífice, un caso que comenzó cuando aparecieron publicados documentos privados del Papa y por lo que el Vaticano abrió una investigación criminal el 16 de marzo de 2012.
LOS CASOS DE ABUSOS LE CAUSARON "UN GRAN SUFRIMIENTO"
Además, ya desde antes de ser elegido Papa, Ratzinger tuvo que asumir un papel difícil como prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, al frente de la cual le puso Juan Pablo II, en la lucha contra los casos de abusos sexuales por parte de miembros del clero que entonces empezaban a emerger en países como Irlanda o EE.UU.
Durante su Pontificado, Benedicto XVI se reunió con las víctimas de abusos a las que pidió perdón y también en mayo de 2011 envió, a través del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal William Levada, una carta circular con el modo de actuar frente a estos casos a todas las Conferencias Episcopales del mundo, las cuales a su vez han tenido que redactar sendas líneas guía de actuación.
De hecho, en la entrevista concedida a la revista Palabra, Georg Gänswein, asegura que "los abusos cometidos por clérigos fueron causa de un gran sufrimiento para el Papa Benedicto". Además, el pasado mes de septiembre, en sus primeras declaraciones publicadas tras la renuncia, Benedicto XVI señaló que nunca había tratado de encubrir estas acciones.
VIAJES A ESPAÑA
Mientras, entre los momentos de "pesca abundante" de su Pontificado destaca la JMJ de agosto de 2011 en Madrid, en la que participaron cerca de dos millones de jóvenes. En aquella ocasión, Benedicto XVI lanzó mensajes que aún siguen de actualidad como el que envió a los jóvenes que buscan un empleo digno o el de responsabilidad ante la crisis económica. Además, resistió ante la fuerte lluvia y el viento junto a los jóvenes en la Vigilia de Cuatro Vientos, donde lanzó un espontáneo: '¡Sois más fuertes que la lluvia!'.
Precisamente, España fue el destino de dos más de sus visitas, una a Valencia en 2006, con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias, viaje que se vio ensombrecido por el accidente mortal de Metrovalencia, en el que murieron 43 personas, y otra a Santiago de Compostela, con motivo del Año Santo Compostelano, y a Barcelona, donde presidió otra Eucaristía de dedicación de la Sagrada Familia.
Uno de sus últimos viajes apostólicos fue el que realizó a México y Cuba del 23 al 29 de marzo de 2012, países donde dejó mensajes a favor de cambios y libertad, en contra del embargo en Cuba y en contra del narcotráfico y la violencia en México. En su último viaje, con destino a Líbano, con motivo de la firma y publicación de la Exhortación Apostólica Postsinodal de la Asamblea Especial para Oriente Medio, pidió el cese de la exportación de armas a Siria y llamó a la paz en Oriente Próximo.
Aunque si algo ha marcado su paso por el ministerio petrino han sido sus encíclicas --'Deus Caritas est', 'Spe salvi' y 'Caritas in Veritate'--, a las que hay que añadir la encíclica 'Lumen Fidei', escrita a cuatro manos, las de Benedicto XVI y las de su sucesor, Francisco.