MADRID, 19 Ene. (EDIZIONES)
"Quería irme fuera para comprobar con mis propios ojos cómo de grande era el mundo en el que vivimos". Esta fue la motivación que llevó a la joven María Caso salir fuera de España y estudiar fuera. Con 18 años, esta estudiante madrileña logró la Beca Kemper para estudiar en la Philips Academy de Andover, en el estado estadounidense de Massachusetts, siendo la única española elegida para esta aventura junto a otros tres estudiantes de Alemania, Francia e Italia.
En un principio, y tras pasar toda su vida en Madrid, María tenía en sus planes estudiar medicina y no se planteaba el porqué de irse. Pronto llegaron las dudas y las oportunidades: "Empecé a preguntarme qué estaba ocurriendo más allá de las fronteras para que los alumnos quisieran viajar y vivir en otros países". La joven se encuentra ahora en Estados Unidos realizando 'un año preuniversitario' y cuando finalice, en junio, el centro le otorgará un diploma que le dará acceso a las universidades estadounidenses.
La joven, que también pertenece a la Escuela de Liderazgo de la Universidad Francisco de Vitoria, se codea con profesionales de la NASA, Harvard o Yale y a ellos les pregunta y les propone ideas.
Asegura escuchar injusticias al hablar con personas de cada rincón del mundo aunque también afirma ver "la cantidad de personas" que trabajan para arreglarlas, algo que afirma que le hace ver lo cerca que estamos todos de hacer lo mismo si queremos: "Cuando convives con personas de orígenes tan variados, las fronteras desaparecen y empezamos a construir algo maravilloso juntos".
Ir a Estados Unidos, ¿estaba en tus planes o fue el destino que te ofrecieron y fuiste a la aventura?
A decir verdad, Estados Unidos no estaba entre mis planes al principio. Mi profesor, el mismo que me ayudó tantísimo con el proceso de selección para mi beca actual, me había propuesto un año antes un proceso similar para estudiar en Abu Dabi, pero por razones personales, no me parecía el mejor destino para empezar mis estudios.
De repente se nos presentó la oportunidad de EEUU y no lo dudamos ni un segundo. Nunca pensé que me elegirían a mí hasta la noche en que recibí el correo de aceptación. Creo que algo tan difícil (solo eligen a una persona en toda España) nunca te imaginas que te va a tocar a ti, pero como les digo ahora a los candidatos de este año, con mucha perseverancia, un poco de talento, ayuda, oportunidad y suerte, estas cosas pasan.
Dices en tu blog que allí quieren que te contagies de sus intereses y modo de vida y que tú compartas los tuyos. A partir de tu experiencia, ¿qué crees que podemos aprender los españoles de los estadounidenses?
Es una pregunta muy buena. De los estadounidenses tenemos que aprender a saber ver el talento en cada persona y a educarlo. Aquí si eres muy bueno, tienes beca, estudios y trabajo. Ellos son mucho más pragmáticos, lo que les lleva a conseguir resultados inmediatos y a poner pocas pegas al dinero, sin embargo, a veces olvidan las reflexiones filosóficas de las preguntas más profundas. En ese sentido la mentalidad aquí es simple y clara, mientras que la europea es más libre y tiene más capacidad de producir ideas.
¿Y los estadounidenses de los españoles?
Tienen que aprender de nosotros a trabajar en equipo, no a repartirse el trabajo y a convivir con ideas distintas, no a vivir evitándolas o ignorándolas. España puede enseñarles por un lado la generosidad, el optimismo, la humildad y la alegría del Mediterráneo y por otro la rigurosidad, el asombro, la exigencia y el compromiso de Europa.
A la hora de aprender y de enseñar en la universidad, ¿qué diferencias principales ves entre ambos países?
Desde que aterricé he estado pensando y escribiendo sobre todas aquellas cosas que tenemos maravillosas en nuestro sistema educativo español y aquellas que podríamos mejorar. Una de las diferencias principales es que la participación y capacidad de decisión del alumnado es mucho más alta en EEUU, ya que casi cada gran cambio o decisión que se toma ha sido por propuesta de alumnos. La educación aquí va más enfocada a la práctica y tengo la oportunidad, no solo de aprender ciencia, sino de hacer ciencia. Si tienes una idea para un proyecto, desarrollas un plan y propones los medios, generalmente ellos te los facilitan y apoyan tu idea. Se trata de un sistema en el que si no quieres, nadie te obliga, pero si quieres, te apoyan y te ayudan, y consiguen acercar al alumno a una realidad científica mucho más palpable en la que no hace falta ser Einstein para investigar.
No todo es color de oro. Es una educación muy limitada por el dinero, no solo por lo que cuesta cada año, sino porque el ser aceptado en una determinada universidad viene muy marcado por el colegio en el que hayas estudiado, los ensayos que hayas escrito y las cartas de recomendación. Además hay un problema muy grave con todos aquellos chicos y chicas que, con 2 o 3 años de edad dejaron sus países y viajaron a EEUU. Hasta los 18 años, pueden estudiar en la escuela pública pero cuando se trata de llegar a la universidad, se ven obligados a ponerse a trabajar, mientras ven que todos con los que han crecido continúan sus estudios superiores y ellos empiezan a ver cada vez más lejos sus sueños.
En España tenemos la suerte de contar con un sistema de educación pública que se alarga hasta los estudios superiores. Es un sistema mucho más igualitario y justo que a mí me ha enseñado a trabajar y estudiar con amigos, a enamorarme de todo lo que aprendo y a tener curiosidad por conocer más. El modelo español está basado en la memoria y cubrimos tanto contenido por año que nuestro nivel teórico supera con creces al de la mayoría de los estadounidenses. Sin embargo, no educamos en el arte todo lo que deberíamos o no dejamos expresar al alumno sus propias teorías o ideas, porque la versión del libro es la que vale.
Estás allí junto a tres estudiantes europeas, ¿compartís las mismas preocupaciones e ideas?
Cada una tiene preocupaciones distintas, somos muy diferentes. La diferencia cultural con EEUU es muy grande, y aunque la experiencia es increíble, preferimos el estilo de vida europeo. Nos ha pasado a todas, venir aquí nos ha hecho ver más claramente todos los puntos fuertes de nuestros países y echarlos de menos como nunca pensamos que lo fuéramos a hacer.
¿Cómo te está enriqueciendo esta experiencia, no solo para tu formación, sino personalmente?
Personalmente me está haciendo ver que el mundo es gigantesco y las amistades que estoy haciendo aquí me permiten conocerlo un poco más. Me está haciendo entender que cada persona es una historia y que si no la sabemos, caemos en prejuicios injustos y absurdos.
También me ha ayudado a encontrarme de verdad. Hay un momento en el que estás sola y no conoces a nadie. Empiezas a construirte y es maravilloso porque por primera vez no eres quien los demás querían que fueras. Eres tú, únicamente tú, decidiendo cómo quieres que los demás te vean. Qué quieres decirles. Qué quieres que piensen. Qué quieres enseñarles. Hubo unos días en los que me preguntaba "¿quién soy yo?". Sentir que era quien yo quería al 100% era una sensación que no puedo explicar con palabras.
¿Qué le dirías a los jóvenes que tal vez no se atreven a dar el paso de dejarlo todo por un tiempo y salir fuera?
Les animaría diciéndoles que el mundo les está esperando. Tenemos que dejar de estar cómodos y empezar a hacernos preguntas. También conocernos y decidir quiénes somos nosotros y qué clase de referencia queremos ser para otros.
A los indecisos, salir les permitirá aventurarse en sus dudas y descubrirse en sus respuestas. Cuando salgan, verán un abanico de oportunidades grande y podrán elegir libremente cuál es su sitio. Creo que es un buen momento para dejar de tener excusas, nuestra generación tiene una misión y, hagamos lo que hagamos, no podemos olvidarla. Si los indecisos creen que no han encontrado su sitio es porque quizás ese sitio está fuera. Les animaría a intentarlo porque es la única forma de contagiarse de las ideas de otros, de traerlas, de criticar las nuestras propias y de mejorarnos.
¿Cuáles son tus planes cuando acabe tu formación en Estados Unidos?
Cuando acabe este año me matricularé en Medicina en la Complutense. Creo que una de las cosas buenas de irte es que eres capaz de comparar y de ver qué quieres realmente, por lo que quiero seguir en España, intentando compartir con mi entorno más pequeño lo que he aprendido en este viaje.
En segundo o tercero me gustaría irme al MIT (Massachusetts Institute of Technology) y después tendría que elegir dónde asentarme. Lo más probable es que en Madrid, pues es del sistema de salud español del que quiero formar parte, pero quién sabe, los medios que tiene Boston para la investigación son increíbles.
¿Te ves en un futuro dejando España y viviendo en Estados Unidos o en otro país?
Creo que haga lo que haga y donde lo haga, siempre volveré a España. Me gusta demasiado este país y siento que mi sitio está en él. No obstante, no descarto la posibilidad de trabajar en África durante un tiempo. Tampoco descarto Estados Unidos, pero si lo hago, sería para trabajar de investigadora o de docente en la Universidad, al menos hasta que empiecen a considerar a las personas pacientes y no clientes.