MADRID, 6 Mar. (EDIZIONES) -
Era del whatsapp. Era de las redes sociales. Vamos acelerados de casa al trabajo y del trabajo a casa. Nos quejamos de que no tenemos tiempo de hacer actividades sociales, de disfrutar de nuestro tiempo libre. Aparece el estrés, las preocupaciones por conciliar la vida familiar, social, laboral y personal...
Por el contrario desayunamos en tazas con mensajes tales como: "Si estás esperando, el momento presente es ahora", "Melenas al viento y a vivir el momento" o "Vive ahora, no esperes a mañana". Mientras tomamos el café en una de estas tazas no pensamos en el sabor, ni en la sensación que me provoca esa bebida caliente, pensamos en el futuro o pasado, preocupaciones o cómo organizar mi día, preguntarme si voy a llegar o no, si soy capaz o no.
El Mindfulness es una práctica que está de moda, sin embargo, su origen budista cuenta con más de 2.500 años de antigüedad y en Occidente no aparece hasta hace unos treinta años para tratar problemas asociados al estrés y al dolor crónico.
Una amiga que se había apuntado a un curso de Mindfulness me comentaba: "Tengo que hacer 15 minutos diarios de meditación y no me da tiempo, vivo estresada" ¿Para qué nos preocupamos tanto del futuro si no disfrutamos del presente?
El mindfulness consiste en prestar atención, momento a momento, a emociones, sensaciones corporales, pensamientos y al ambiente que nos rodea con la característica de NO JUZGAR. Este no juicio, implica hacer descripciones de lo que me está ocurriendo sin etiquetarlo, para evitar valoraciones negativas.
Si me estoy comiendo una onza de chocolate desde una actitud de conciencia plena (mindfulness), me centraría en las sensaciones: textura, sabor, olor, placer. Muchas veces nos sorprendemos a nosotros mismos tomando chocolate en un momento de "intento de placer" pero juzgando la experiencia: "no me lo merezco", "voy a engordar", "no debería". Ya nos quedamos etiquetados de tontos, gordos...
El otro componente igual de importante y ligado al Mindfulness pero no tan comentado en redes sociales ni conocido es la Autocompasión. Esta tiene como base ser consciente del sufrimiento que experimento (un dolor físico, una emoción de malestar como es un enfado o tensión), para aplicarme comprensión, cuidado, permiso para sentir en vez de juzgarme cuando cometo algún error, fallo o estoy teniendo un momento difícil. ¿Cuál es tu nivel de autocompasión? ¡¡Compruébalo!!
LAS REGLAS GENERALES PARA PRACTICAR MINDFULNESS SON:
1. Observo mis emociones y sensaciones.
2. Me hago consciente de ellas.
3. Permito que ocurra esa emoción, esa sensación. No la bloqueo (esto sólo lo dispara).
4. Me doy autocompasión, en forma de frases.
5. Lo suelto, lo dejo marchar. No me engancho a ello.
6. Vuelvo al presente.
Para evitar las confusiones que nos puede causar esta técnica vamos a especificar algunas de las dudas que surgen en quien se acerca para comenzar a practicarlo.
LO QUE MINDFULNESS NO ES:
1. No es dejar la mente en blanco.
2. Evitar que nuestros pensamientos nos perturben.
3. No es escapar del dolor.
4. No es suprimir las emociones, sino aceptarlas.
5. No es una técnica de relajación, aunque con la práctica va surgiendo la tranquilidad y serenidad. Se persigue una conciencia incrementada que permite no reaccionar de una manera incontrolada.
6. No es pensamiento positivo. Va más allá del pensamiento y juicio de valores. Los pensamientos son tratados como elementos pasajeros.
Os propongo un ejercicio para comenzar a "darnos autocompasión". Cuando vayas caminando por la calle y te cruces con personas desconocida intenta mandarles mensajes de compasión como pueden ser:
- Que tenga un buen día.
- Que se encuentre bien de salud.
- Que su familia le quiera mucho y bien.
- Que pase un buen día en el trabajo.
Después todos estos mensajes intenta lanzártelos a TI mismo/a: deseo tener un buen día, que mi salud esté bien, que desaparezcan mis dolores...
Las situaciones difíciles de la vida, fallecimientos, enfermedades, nos hacen dar un parón en la vida y nos abren los ojos a vivir el momento presente con plena conciencia. Hagámoslo en nuestra "selva" particular, sea la que sea, sin esperar a tener que hacerlo cuando ocurren dificultades.
Como dice la película "Si decido quedarme": "A veces en la vida haces elecciones y a veces esas elecciones te hacen a ti".
Elige vivir y sentir con plena conciencia tu vida, en un instante puede cambiar.
PRACTICA AQUÍ EL PRIMER EJERCICIO
Sonia Mestre Roldán
Neuropsicóloga