El corazonista Gumersindo Cantón Franco asegura que los colombianos le han recibido con "innumerables muestras de afecto y cariño, bañadas en una gran dosis de agradecimiento"
MADRID, 10 Sep. (EUROPA PRESS) -
El misionero corazonista Gumersindo Cantón Franco ha podido estar cerca del Papa Francisco durante la visita del Pontífice esta semana a la ciudad colombiana de Medellín. "Su presencia anima, fortalece y dignifica", ha confesado el religioso, quien describe al Santo Padre como "el Papa de la gente, de las personas sencillas y de la gran masa necesitada que clama por una ayuda que dé alivio a sus muchas necesidades, materiales y espirituales".
Cantón Franco lleva cuatro décadas en Colombia, y su congregación --Hermanos del Sagrado Corazón-- gestiona un colegio en Medellín. En una entrevista concedida a Europa Press, con motivo del viaje del Papa al país sudamericano, el religioso ha explicado que el encuentro con el Papa Francisco en Colombia ha sido "un momento de gran alegría para el país en general y para las comunidades religiosas en particular".
En este sentido, ha hecho hincapié en que la visita del obispo de Roma se enmarca "en una coyuntura muy especial y particular" para Colombia. "Estamos inmersos en la dinámica de los procesos de paz y reconciliación social para ver si se pueden sanar tantas heridas y tan graves que nos ha dejado un conflicto bélico muy prolongado en el tiempo, aunque de no muy alta intensidad", ha remachado.
"Esta visita supone una revitalización de la vida espiritual del pueblo colombiano, de profundas raíces cristianas y católicas", ha destacado, para después añadir que basta con mirar el recibimiento que le ha deparado la sociedad colombiana, que "se ha mostrado entusiasta y alegre y ha acompañado la comitiva papal a lo largo de su recorrido".
Según ha relatado el misionero, los colombianos han prodigado a Francisco "innumerables muestras de afecto y cariño, bañadas en una gran dosis de agradecimiento por haber tenido en cuenta y puesto delante del Señor a un pueblo tan sufrido como lo es el colombiano".
El religioso ha puesto en valor el discurso que, el miércoles 6 de septiembre, dio Francisco ante los jóvenes frente a la puerta de la Nunciatura Apostólica. "No se dejen engañar, no pierdan la alegría y el entusiasmo y sigan siempre para adelante", les dijo, como rememora Cantón Franco, que considera "de suma importancia el mensaje de justicia, perdón y reconciliación" que ha trasladado al pueblo colombiano, "más necesitado que nunca de estas virtudes escasas y ajenas en el fragor de un conflicto".
"CON SU PRESENCIA PARECE QUE SE ALIVIAN UN POCO LAS CARGAS"
El misionero, que no había tenido ocasión de conocer al Pontífice con anterioridad, ha asegurado que "con su presencia parece que se alivian un poco las cargas". "A pesar de lo multitudinario del encuentro con Francisco, su sola presencia revitaliza y dinamiza nuestra fe", ha afirmado, al tiempo que ha asegurado que se dan "por satisfechos" con verle, "aunque sea de pasada".
"Su presencia anima, fortalece y dignifica", ha insistido el religioso, que pone de relieve la "alegría" del Santo Padre y de los jóvenes presentes en la Nunciatura Apostólica. Como ha relatado el misionero, allí el Pontífice habló con los jóvenes que le ofrecieron sus presentes, como la ruana (prenda de vestir típica de los lugares fríos de Colombia), "tejida por jóvenes en proceso de volver a la sociedad por pertenecer a grupos vulnerables".
Para el corazonista, es de destacar "la cercanía que manifiesta" el Papa Francisco y "la alegría que lo invade cuando la gente está próxima a él". "Durante el recorrido de la comitiva papal desde el aeropuerto a la Nunciatura Apostólica, la gente se encontraba a cada lado de la calle, cerrando en ocasiones el paso al vehículo que lo trasladaba. Algunas personas, buscando más cercanía, llegaron a estar muy cerca del vehículo y él seguía repartiendo la misma sonrisa. Incluso lo hizo detener varias veces para saludar afablemente a la gente que lo aclamaba", ha explicado.
Gumersindo Cantón Franco no olvida el "vínculo especial" que el obispo de Roma tiene con Latinoamérica, donde los problemas "son comunes: la desigualdad, la pobreza, el olvido sistemático de los gobiernos para solucionar las necesidades, la corrupción".
"Todo esto ha marcado al Papa Francisco, que no olvidemos que, siendo sacerdote y, posteriormente obispo y arzobispo de Buenos Aires, siempre ha tenido en su mente a los más desfavorecidos y pide a la Iglesia que redirija su mirada hacia estas personas. Esta comunión hace que no se olvide de su Latinoamérica en general y de su patria chica en particular, aunque tampoco lo lleva a descuidar otros grupos sociales y de otras latitudes", ha concluido.