MADRID 6 Ago. (EUROPA PRESS) -
El misionero salesiano español Agustín Cuevas, que lleva 42 años en África y los tres últimos en Centroafrica, ha dicho que está contento por la repatriación del sacerdote y médico infectado con el virus del Ébola Miguel Pajares pero ha precisado que los misioneros españoles no están "abandonados" sino que están allí porque quieren.
"Veo muy bien que lo repatríen porque probablemente allí no se encontrarían los medios suficientes para el seguimiento y la cura. ¿Que se siente abandonado? Es normal, aunque estamos allí por convicción, por decisión personal, nadie nos obliga", ha explicado Cuevas en rueda de prensa este miércoles.
Cuevas ha recordado que cuando estalló el conflicto en República Centroafricana, el embajador le ofreció ser evacuado en varias ocasiones, por lo que, en ese sentido, ha apuntado que no puede decir que estén abandonados.
No obstante, ha precisado que, en general, el tema de África "interesa poco al Gobierno español y a los españoles" porque está "lejos" y no hay "intereses concretos" allí.
Preguntado por si están preocupados por si el Ébola se extiende hasta República Centroafricana, el misionero salesiano ha explicado que allí la preocupación ahora es "comer y salvar la vida" y que cuando llegue el virus, si es que llega, las autoridades empezarán a preocuparse.
En todo caso, ha indicado que las autoridades intentan hacer prevención, pero ha puntualizado que tendrían que intervenir los organismos internacionales que se ocupan de la salud pues en República Centroafricana "el Gobierno que no existe y el caos total en el país no hace que se piense en un problema que por ahora es un problema de fuera".
VIOLENCIA EN REPÚBLICA CENTROAFRICANA
Sobre la situación de violencia que se vive en República Centroafricana, donde en marzo de 2013 los rebeldes de la coalición Séléka dieron un golpe de Estado y se hicieron con el poder, el misionero ha precisado que a pesar del alto al fuego y las conversaciones de paz, sigue siendo un país "sin ley".
Para Cuevas, aunque ahora se ha convertido en un conflicto religioso entre los rebeldes musulmanes del Séléka y los 'anti-balakas' (que son principalmente cristianos animistas), el fondo del conflicto es "el total abandono de la zona norte" del país.
A su juicio, el primer paso que hay que dar para poner fin al conflicto es "el desarme" para lo que sería necesaria la ayuda internacional. También considera necesario que se incorporen antiguos elementos de los militares centroafricanos, que conocen el terreno, en las unidades militares internacionales. Además, ha dicho que los 12.000 militares que prevé las Naciones Unidas para septiembre les parecen "pocos" para más de 600.000 kilómetros cuadrados.
Asimismo, ha indicado que otro paso es coordinar toda la ayuda sanitaria internacional, pues hay "mucha malaria", diarrea y desnutrición; y preocuparse por la educación ya que hay más de 500.000 niños sin escolarizar.
En estos momentos, más de la mitad de los 4,5 millones de habitantes de República Centroafricana necesita ayuda urgente para vivir. Hay casi 600.000 desplazados internos y más de 350.000 refugiados en países limítrofes. Además, 28.000 menores podrían sufrir hambruna este año, según recuerda Misiones Salesianas que tiene dos obras en Bangui, la capital.