Insiste en que hizo bien en aprobar la ley del solo sí es sí y reconoce que su momento más difícil fue conocer las rebajas de condenas
MADRID, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, ha destacado que España sea cada vez más una sociedad "abrumadoramente feminista", tras la reacción surgida por el caso Rubiales, y afirma que le gusta su trabajo al frente del Ministerio y no descarta seguir en el cargo.
"España es un país feminista. Un país que sabe que somos una mejor democracia si garantizamos todos los derechos para todas las mujeres, que eso es bueno también para los hombres. Que poco a poco va avanzando hacia una sociedad que deja de normalizar y de invisibilizar las violencias sexuales. Que sabe que lo que toca es hacer lo que hemos hecho, decir 'Jenni no está sola', llamar a las cosas por su nombre, entender que todo acto sexual sin consentimiento es una violencia sexual", ha asegurado en una entrevista este domingo en El País, recogida por Europa Press.
En este sentido, Montero añade que es motivo de "orgullo" para España tener una sociedad a la "vanguardia" del feminismo. "El movimiento feminista es lo mejor que tiene este país", ha subrayado. La ministra también ha ensalzado que los hombres rompan "el pacto entre caballeros" y sepan que "una sociedad en la que se garantiza la libertad sexual de las mujeres es una sociedad mejor también para ellos". "España es cada vez más una sociedad abrumadoramente feminista", insiste.
La ministra ha explicado que el límite entre la libertad sexual y la violencia sexual es exclusivamente el consentimiento, refiriéndose a que un beso no consentido es una agresión sexual.
"Lógicamente, hay violencias sexuales de muy diferente intensidad y tienen que tener un tratamiento distinto, pero es muy importante entender que todo acto sexual sin consentimiento forma parte de una misma lógica según la cual el machismo establece unas ideas falsas, una serie de roles y premisas que sitúan el cuerpo de las mujeres a disposición de los hombres. Eso es una de las bases más profundas de la desigualdad entre las mujeres y los hombres. Si queremos una sociedad feminista, igualitaria, hay que cambiar eso que se llama cultura de la violación por una cultura del consentimiento", ha señalado.
Asimismo, ha lamentado que hayan "negacionistas" en posiciones de poder que "minimizan" los recursos de lucha contra las violencias machistas y que públicamente dicen que "la violencia de género no existe". "Durante todos estos meses, muchas veces se nos ha dicho que hemos querido correr demasiado. Sin embargo, este momento está demostrando que, lejos de haber ido demasiado rápido, hemos ido al ritmo que nuestra sociedad demanda, quizá más rápido de lo que a los sectores más reaccionarios les gustaría, pero al ritmo que nuestra sociedad exige", ha indicado.
Al respecto, Irene Montero apuesta porque en la siguiente legislatura se "profundice" en las políticas feministas que la sociedad necesite. "Las políticas feministas tienen que profundizarse en la siguiente legislatura y tienen que avanzar si cabe con más fuerza que en esta", apunta.
SEGUIR COMO MINISTRA DE IGUALDAD
Por otro lado, Irene Montero no descarta seguir al frente del Ministerio y asegura que "es una decisión que nunca es individual, es colectiva". "Yo estoy a disposición de mis compañeros y mis compañeras, siempre lo he estado. Obviamente me gusta lo que hago, creo que tiene sentido y que es útil, pero esa nunca es una decisión individual", ha afirmado.
Preguntada acerca de si en algún momento de la legislatura se ha planteado dimitir, la ministra reconoce que se hubiera perdonado no dar la cara y confiesa que su momento más difícil fue conocer las decisiones judiciales de rebajas de condenas, tras aprobar la Ley de solo sí es sí.
"Nunca me hubiese perdonado no dar la cara. Ha habido momentos muy difíciles, pero nunca me he sentido sola. Pero sin duda el momento más difícil es cuando empezamos a conocer esas decisiones judiciales de rebajas de condenas", ha revelado.
Al respecto de los errores de la norma, Montero señala que el Estado tiene la obligación de pedir perdón a las víctimas o a sus familiares, aunque agrega que "no fue el contenido de la ley ni la voluntad del legislador".
"Es legítimo que la sociedad se preocupe cuando hay decisiones judiciales que están rebajando penas a algunos agresores sexuales. Sin embargo, también creo que en el caso Rubiales estamos pudiendo comprobar cómo la mayoría de nuestra sociedad entiende que es necesario que el consentimiento esté en el centro y que las violencias sexuales ya no pueden ser invisibles", ha detallado.
Por último, recalca que no cree que haya errores en la ley y afirma que se está demostrando que han hecho bien en sacarla adelante. "¿No creen que para mí hubiera sido mucho más fácil decir que había un error, y que además esa parte de la ley la hizo un ministerio socialista? Pero es que no lo creo. Lo que no me hubiese permitido es ponerme de perfil. Acepto que haya mucha gente que plantee críticas y estoy dispuesta a dialogar, pero el paso del tiempo está demostrando que hemos hecho bien en aprobar una ley como la del solo sí es sí, que cambia el paradigma, no solamente penal sino sobre todo social, en el tratamiento de las violencias sexuales", ha sentenciado.