MADRID 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
Después de más de 18 meses desde que Haití sufrió el terremoto en enero de 2010, las mujeres y las niñas que viven en campamentos improvisados continúan siendo vulnerables a la violencia sexual, según la agencia de noticias humanitarias de Naciones Unidas, IRIN.
El último documental de IRIN sigue la vida de una superviviente de una violación, Shirley Christoff, mientras ella intenta reconstruir su vida en un deteriorado asentamiento de Puerto Príncipe. Christoff, al igual que otros miles de mujeres, vive en constante miedo por su seguridad.
"Después de ser violada no tienes dónde ir, tienes que regresar al campamento y enfrentarte a la persona que te violó", dice Christoff. Durante el terremoto, los pocos mecanismos de protección que había, como comisarías de Policía y tribunales, fueron destruidos.
Según organizaciones de Derechos Humanos, la ausencia de seguridad es uno de los principales factores que contribuyen a elevar los casos de violaciones dentro y en los alrededores de los campos de desplazados. En los primeros 150 días tras el terremoto se registraron más de 250 casos en varios campos, según Amnistía Internacional (AI).
VIOLENCIA ARRAIGADA
La violencia sexual y otras formas de violencia de género se extendieron por Haití antes del terremoto. En los años 90, la ONG Human Rights Watch (HRW) documentó el uso de la violación como método represivo durante el régimen de Raoul Cédras. De 2004 a 2006, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas estimó que 35.000 mujeres y niñas fueron objeto de violaciones y otra clase de violencia sexual.
Según AI y HRW, la respuesta gubernamental y humanitaria tras el seísmo ha sido del todo inadecuada. Mientras los esfuerzos se centraban en asegurar que las necesidades básicas estuvieran cubiertas, se prestó poca atención a los derechos de las niñas y las mujeres a estar protegidas de la violencia sexual.
Supervivientes de esta violencia han llevado a cabo iniciativas creando dos organizaciones que sirven de apoyo a miles de mujeres. El primer sistema de respuesta de emergencia dedicado a la violencia sexual se estableció en octubre y un centro de llamadas ya ha registrado 400 casos de violación.