MADRID, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
Científicos han revelado que la sobrepesca ha reducido a la mitad las poblaciones de peces condrictios, es decir, un conjunto de 1.199 peces que incluyen a tiburones, rayas y quimeras, desde 1970. A su vez, también han señalado que la sobrepesca de las especies más grandes en hábitats cercanos a la costa y pelágicos podría eliminar hasta el 22% de las funciones ecológicas.
Estas son las conclusiones a las que ha llegado el estudio, que se ha completado como parte del Proyecto Tendencias Mundiales de los Tiburones (Global Shark Trends Project - GSTP) y ha aparecido publicado en la revista 'Science'. Para determinar las consecuencias, un equipo de investigadores ha desarrollado un Índice de la Lista Roja (ILR) acuático que se ha utilizado para rastrear el estado de estas especies durante los últimos 50 años.
En total, se ha demostrado que el riesgo de extinción de los condrictios ha aumentado un 19%. De hecho, el ILR de tiburones y rayas ha mostrado cómo los declives se han producido primero en ríos, esturiarios y aguas costeras cercanas a la costa antes de extenderse por los océanos y, luego, a aguas marinas profundas.
En este marco, al agotamiento secuencial de las especies de más grandes tallas e importancia funcional --como los peces sierra y el los peces guitarras-- le han seguido las disminuciones de algunas especies de grandes rayas de aguijón, rayas águila, angelotes, tiburones martillo y tiburones réquiem. Finalmente, las pesquerías se han centrado en los tiburones y rayas de aguas profundas para el comercio de aceite de hígado y carne.
Tal y como ha reflejado la investigación, se espera que estos declives generalizados y documentados tengan consecuencias significativas sobre otras especies y ecosistemas acuáticos. Según el doctor Nathan Pacoureau, del Instituto Europeo para Estudios Marinos, de la Universidad de Brest, (Francia), los tiburones y las rayas son predadores importantes y su declive altera las redes tróficas en todo el Océano.
"Especies más grandes de amplia distribución conectan los ecosistemas. Por ejemplo, los tiburones de arrecife son vitales para transferir nutrientes de aguas más profundas a los arrecifes de coral, ayudando a mantener esos ecosistemas", ha afirmado. "Las rayas, por su parte, son importantes animales forrajeros que mezclan y oxigenan los sedimentos, influyendo en la productividad marina y el almacenamiento de carbono", ha añadido.
Aún así, los expertos han subrayado que el análisis apunta a soluciones. En concreto, el profesor Colin Simpfendorfer, de la Universidad James Cook (Australia) ha incidido en que los distintos países pueden reducir el riesgo de extinción disminuyendo la presión pesquera hasta niveles sostenibles, reforzando la gobernanza pesquera y eliminando subvenciones perjudiciales. "Los avances ya han creado focos de esperanza para los condrictios en Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Estados Unidos y en partes de Europa y Sudáfrica", ha destacado.
Por su lado, la doctora Rima Jabado, vicepresidenta de la Comisión para la Supervivencia de las Especies (CSE) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y presidenta del Grupo de Especialistas en Tiburones de la CSE de UICN, ha puesto en valor que este ILR de tiburones y rayas "ayudará a seguir los avances hacia los objetivos de biodiversidad y sostenibilidad de los océanos, a identificar las especies y los lugares más amenazados y a orientar los futuros esfuerzos de conservación".
El GSTP es una colaboración del Grupo de Especialistas en Tiburones de la Comisión para la Supervivencia de las Especies (CSE) de la UICN, la Universidad Simon Fraser, la Universidad James Cook y el Acuario de Georgia establecida con el apoyo del Fondo para la Conservación de los Tiburones (Shark Conservation Fund) para evaluar el riesgo de extinción de los peces condrictios (tiburones, rayas y quimeras).
El análisis se ha basado en la primera reevaluación global del estado de la Lista Roja de la UICN publicada en 2021. El equipo ha contado con la participación de 322 expertos en 17 talleres en todo el mundo para completar la reevaluación de ocho años de duración.