MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) - Los obispos españoles han mostrado su apoyo al "restablecimiento del orden constitucional" y han pedido "respeto a la ley" para "la normalización de la vida social y el correcto funcionamiento de las instituciones", tras calificar de "grave y perturbador" que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont declarara el pasado 27 de octubre la independencia de Cataluña. Al mismo tiempo, se ofrecen para ayudar a la "reconciliación y pacificación". Así lo ha indicado este lunes 20 de noviembre el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en su discurso inaugural de la CX Asamblea Plenaria, que reunirá durante esta semana en Madrid a todos los obispos españoles. Durante la inauguración, Blázquez se ha pronunciado sobre la crisis catalana que les "preocupa en medida creciente". En todo caso, también ha matizado que los obispos y presbíteros "renuncian a la militancia política" y esto "favorece que nadie se considere extraño a la comunidad cristiana por opciones legítimas". "Nos entristeció la Declaración Unilateral de Independencia del día 27 del pasado mes de octubre. Significaba la ruptura del orden constitucional que los españoles nos hemos dado hace cuarenta años. Juzgamos que la Declaración de ruptura es un hecho grave y perturbador de nuestra convivencia, que va más allá de las discrepancias entre las formaciones políticas", ha advertido Blázquez al comienzo de la asamblea. En este contexto, Blázquez ha apelado a la Constitución Española que "se gestó, redactó y fue aprobada en las urnas, como fruto del consenso entre todos" y que dio "un marco general de libertad y respeto en el que cabían todos". En cualquier caso, ha precisado que tampoco descartaban que se pudiera producir alguna "reforma" de la Constitución de acuerdo al paso de los años pero defienden que estos cambios siempre tienen que producirse de acuerdo a los procedimientos que establece el propio texto. "Es comprensible que el paso del tiempo y la vitalidad de la sociedad fuera mostrando la conveniencia de reformar o añadir aspectos nuevos en la Constitución para que siempre sea actual pero ella misma indicaba los procedimientos para introducir los cambios oportunos", ha avisado Blázquez. En aquellos años, según ha añadido, los españoles pasaron "de la incertidumbre ante el futuro a la satisfacción" porque "el deseo ampliamente compartido de reconciliación se había traducido en una regulación fundamental de la convivencia". Con respecto al papel de la Iglesia, ha defendido que "colaboró eficazmente en la Transición política" aunque ha lamentado que esto "no siempre es reconocido", y ha agregado que la Iglesia "desea continuar cumpliendo su misión de reconciliación y pacificación". Por otro lado, Blázquez ha reconocido que la crisis catalana ha "afectado negativamente" a las relaciones "sociales, eclesiales y familiares" y ha invitado a todos a esforzarse para que estos lazos se reestablezcan "por el respeto a la libertad de todos, la mutua confianza y la concordia serena". En concreto, ha afirmado que la Iglesia puede contribuir a "la pacificación personal y social, acentuando particularmente la solidaridad entre todos y la atención a los pobres", destruyendo "muros" y tendiendo "puentes". Finalmente, ha recordado el epitafio que se puede leer en el sepulcro de Adolfo Suárez --"La concordia fue posible"-- para subrayar el convencimiento de los obispos españoles de que "también hoy es posible la convivencia en la diversidad" si se recurre al diálogo en la sociedad y en las instituciones para "continuar construyendo una sociedad en paz, en libertad y en justicia". Esta es la primera vez que el presidente de la Conferencia Episcopal se pronuncia sobre la crisis catalana en un discurso público después de la Declaración Unilateral de Independencia, de la aplicación del 155 y tras la declaración previa de la Comisión Permanente de los obispos pidiendo diálogo ante la "grave" situación y llamando a evitar decisiones y actuaciones "irreversibles". En la declaración que hicieron el pasado mes de septiembre, y que provocó malestar en el PP, los obispos se ofrecían a colaborar con el diálogo en favor de "una pacífica y libre convivencia entre todos". Los obispos catalanes, por su parte, se habían pronunciado en varias ocasiones antes del 1 de octubre para pedir una salida "pacífica y democrática" a la situación. Mientras, más de 300 sacerdotes, diáconos y religiosos catalanes defendieron como algo "legítimo y necesario" votar en el referéndum del 1 de octubre e incluso escribieron una carta al Papa solicitándole que intercediera. Por otro lado, tan solo 48 horas después de la jornada de convocatoria de referéndum ilegal el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se reunió en el Palacio de la Moncloa con los cardenales y arzobispos de Barcelona y Madrid, Juan José Omella y Carlos Osoro, respectivamente, según informaron a Europa Press fuentes conocedoras del encuentro, aunque no trascendió el contenido del encuentro. Además, unas horas después de que el Parlament catalán declarara la República catalana independiente el pasado 27 de octubre, el cardenal y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, aseguró que ama "profundamente" Cataluña así como España y Europa y pidió "evitar la confrontación". Desde el Vaticano no ha habido un pronunciamiento oficial aunque el pasado mes de octubre, fuentes de la Embajada de España ante la Santa Sede aseguraron que el Papa Francisco defendió la legalidad ante el nuevo embajador, Gerardo Bugallo.