Los obispos avisan a los católicos, también políticos, de que están "obligados a objetar" al aborto y la eutanasia

Archivo - El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella.
Archivo - El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella. - Carlos Luján - Europa Press - Archivo
Actualizado: viernes, 25 marzo 2022 18:08

MADRID, 25 (EUROPA PRESS)

Los obispos españoles advierten en una "nota doctrinal sobre la objeción de conciencia" que los católicos están "absolutamente obligados a objetar" y no pueden prestar colaboración ni siquiera formal ante prácticas como el aborto o la eutanasia, ni votar, en el caso de los políticos, a favor de leyes que las permitan.

"Los católicos estamos absolutamente obligados a objetar en aquellas acciones que, estando aprobadas por las leyes, tengan como consecuencia la eliminación de una vida humana en su comienzo o en su término: El aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar", subrayan los prelados en el texto, titulado 'Para la libertad nos ha liberado Cristo' y recogido por Europa Press.

En este sentido, precisan que, "aunque no todas las formas de colaboración contribuyen del mismo modo a la realización de estos actos moralmente ilícitos, deben evitarse, en la medida de lo posible, aquellas acciones que puedan inducir a pensar que se están aprobando".

En concreto, si el católico tiene responsabilidades en instituciones del Estado, los obispos indican que "no pueden promover positivamente leyes que cuestionen el valor de la vida humana, ni apoyar con su voto propuestas que hayan sido presentadas por otros".

"Su deber como cristianos es tutelar el derecho primario a la vida desde su concepción hasta su término natural, por lo que tienen la precisa obligación de oponerse a estas leyes", subrayan.

Si bien añaden que, cuando no fuera posible abrogar las que están en vigor o evitar la aprobación de otras, y "quedando clara su absoluta oposición personal", pueden "ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de estas leyes".

En el caso de las instituciones sanitarias católicas, dicen que "no se deben plegar a las fuertes presiones políticas y económicas que les inducen a aceptar la práctica del aborto o de la eutanasia" y les advierten de que "tampoco es éticamente aceptable una colaboración institucional con otras estructuras hospitalarias hacia las que orientar y dirigir a las personas que piden la eutanasia".

LEYES QUE DEJAN LA VIDA DESPROTEGIDA

Desde la CEE justifican esta nota ante "un proceso de aprobación de leyes en las que la vida humana queda gravemente desprotegida" y a medida que estas leyes "se radicalizan, porque los comportamientos que antes estaban despenalizados pasan ahora a considerarse derechos de los ciudadanos".

"En las últimas décadas se está imponiendo una nueva visión de losderechos humanos. Vivimos en un ambiente cultural caracterizadopor un individualismo que no quiere aceptar ningún límite ético.

Esto ha conducido a que se reconozcan por parte de los poderespúblicos unos nuevos 'derechos' que, en realidad, son lamanifestación de deseos subjetivos", señalan los obispos.

Además de las de eutanasia o aborto, los prelados se refieren a otras leyes que "se inspiran en principios antropológicos que absolutizan la voluntad humana, o en ideologías que no reconocen la naturaleza del ser humano que le ha sido dada en la creación".

"Actualmente estamos asistiendo a la difusión de antropologías contrarias a la visión cristiana del hombre, de la sexualidad, del matrimonio y de la familia, que tiene como consecuencia la normalización de ciertos comportamientos morales opuestos a las exigencias de la ley de Dios. Frecuentemente estas ideologías son promovidas por los poderes públicos y se impone su difusión en centros educativos mediante leyes que tienen un carácter coercitivo", indican.

Según puntualizan, "se piensa que su imposición constituye el medio para evitar los delitos de odio hacia ciertos grupos o personas" pero subrayan que "el deber de los cristianos de respetar la dignidad de cualquier ser humano, de amarlo como a un hermano y de apoyarlo en cualquier circunstancia de su vida, no implica la asunción de principios antropológicos contrarios a la visión cristiana del hombre".

OPONERSE A IDEOLOGÍAS CONTRARIAS A LA VISIÓN CRISTIANA

Por ello, añaden que "los católicos tienen el deber de oponerse a la imposición de estas ideologías", un deber que, según añaden, han de ejercer, "en primer lugar, los padres" que "tienen el derecho de formarlos (a los hijos) de acuerdo con sus convicciones religiosas y morales, y de elegir las instituciones educativas que estén de acuerdo con ellas".

En este sentido, advierten de que "el poder" intenta "influir en la conciencia de las personas, para difundir determinadas ideologías o para defender los propios intereses", lo que constituye, a su juicio, "una amenaza para la libertad".

"La neutralidad exigida en materia religiosa se extiende a las opciones morales que se debaten en la sociedad. Cuando el poder se sirve de los medios de los que dispone para difundir una determinada concepción del ser humano o de la vida, se está extralimitando en sus funciones", avisan.

Aunque los obispos defienden en su nota la objeción de conciencia, puntualizan que esto no justifica "cualquier desobediencia" a las normas promulgadas por las autoridades legítimas sino que "se debe ejercer respecto a aquellas que atentan directamente contra elementos esenciales de la propia religión o que sean contrarias al derecho natural".

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