MADRID, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), y obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, ha defendido que los padres tienen derecho a "autorizar o no" la presencia de sus hijos en determinadas clases complementarias, en referencia al 'pin parental', aunque ha propuesto, para que esto no sea necesario, que la educación en valores se base en la Declaración Universal de los Derechos Humanos sin entrar en las cuestiones sobre "la comprensión de la diferencia sexual".
"Un sistema público de educación se tiene que asentar en unos mínimos, evidentemente si el conflicto es irresoluble, los padres tienen derecho a autorizar o no la presencia de los hijos en este tipo de actividades que son complementarias", ha subrayado Argüello, preguntado por la opinión de los obispos sobre el 'pin parental' propuesto por Vox.
El portavoz de los obispos ha apuntado que el problema aparece cuando entran en conflicto el derecho de los padres y el derecho del Estado a organizar una propuesta educativa.
"Lo primero que me interesa es el porqué del conflicto, es decir, que la solución de la objeción de conciencia que es lo que el 'pin parental' puede significar al final, parece evidente que los padres tienen derecho a tener información, a saber qué se propone a los hijos sobre todo en este tipo actividades que tienen un carácter entre lo académico y lo complementario", ha precisado.
La solución, a su juicio, es que se haga una propuesta educativa en la que todos los ciudadanos estén de acuerdo y ha planteado que algo en lo que hay consenso "unánime" es en la Declaración Universal de Derechos Humanos, pero ha añadido que ese acuerdo no existe en la educación sobre "la diferencia sexual".
"Me parece más discutible cuando se asientan en los derechos de tercera o cuarta generación en la que se discuten las cuestiones antropológicas, en las que no ha habido consenso; es muy importante respetar la libertad de los ciudadanos", ha apuntado, matizando que con cuestiones antropológicas se refiere a "la comprensión del significado de la diferencia sexual, al significado de ser persona, varón, mujer y, a partir de ahí, todas las variaciones que se quieran decir".
Por otro lado, preguntado por la reforma educativa y, en concreto, por la intención del Gobierno de que la asignatura de Religión sea voluntaria y no cuente para nota, Luis Argüello ha insistido en que la Iglesia desea que la clase de Religión sea "obligatoria" para los centros educativos y tenga "la dignidad de una verdadera asignatura".
Su bien, ha puntualizado que a los obispos no solo les importa esta materia o la escuela concertada sino que haya un sistema educativo "que humanice y ayude a formar ciudadanos que tengan capacidad de acogerse, respetarse y colaborar al bien común".
"A la Iglesia le importa un sistema educativo que, en el desafío tan extraordinario de la digitalización, de las nuevas tecnologías, del mundo global, no se rinda al paradigma tecnocrático, que no se rinda a los meros intereses del sistema productivo, que no pierda, precisamente en esta hora de alianza de hombres y máquinas, el subrayado extraordinario de la dignidad humana", ha enfatizado.