MADRID, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los obispos de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE) han mostrado su "preocupación" por las medidas propuestas el pasado 2 de marzo por la Comisión Europea sobre la Directiva de Retorno que "invita a expulsar de forma más rápida a los migrantes" y a "prolongar los periodos de detención" y por cómo estas recomendaciones pueden afectar a los menores. Asimismo, piden al Gobierno español que sea "más generoso" con la acogida de refugiados.
"Queremos manifestar nuestra preocupación sobre las consecuencias de las recientes medidas que la Comisión Europea aprobó el 2 de marzo pasado donde se invita a expulsar de la forma más rápida posible a migrantes en situación de irregularidad, entre los que probablemente se encuentren niños", advierten los obispos de la Comisión de Migraciones en un comunicado.
La Comisión Europea pidió este jueves a los países de la Unión Europea que hagan uso del máximo legal de 18 meses que les permite la normativa comunitaria para mantener detenidos a inmigrantes irregulares mientras se resuelve su expediente de expulsión.
Los prelados consideran que esta propuesta puede suponer "que prime la condición de inmigrante antes que la de ser menor" y avisan que se podrían conculcar los derechos de los menores. "Los niños no deberían ser detenidos porque la detención nunca les beneficia", subrayan, al tiempo que recuerdan que solicitar asilo "no es un acto ilegal".
Por ello, reclaman un trato "especial" para los menores migrantes, en concreto para los no acompañados porque son "personas inocentes y vulnerables" e invitan a verles como "una oportunidad, un reto y una esperanza, no como un problema".
También piden a los países que se tomen "en serio" este asunto y traten el fenómeno de las migraciones "con responsabilidad" tanto en el origen como en la acogida. "Observamos con inmensa tristeza cómo se están construyendo muros y tomando medidas para impedir el flujo migratorio", lamentan.
Así, aunque reconocen que las administraciones públicas tienen la responsabilidad de ordenar las corrientes migratorias, les piden que lo hagan "teniendo en cuenta siempre la protección de los derechos de los más indefensos y vulnerables" que, muchas veces, son además "víctimas inocentes de la trata de personas con fines de explotación laboral, sexual, de extracción de órganos".
Por otro lado, los obispos piden al Gobierno español que cumpla "cuanto antes" las propuestas que asumió en cuanto a la acogida de refugiados y le invitan a "una más amplia generosidad" en las mismas.
También le ofrecen la colaboración de la Iglesia "en una labor subsidiaria a la del Estado", a través de sus intstituciones y sus diferentes ofertas de acogida, acompañamiento e integración, como las que propone la red Migrantes con Derechos (Caritas, Confer, Justicia y Paz y la propia Comisión Episcopal de Migraciones) y la Comunidad de San Egidio con los pasillos humanitarios.
Finalmente, los obispos recuerdan que los migrantes y refugiados huyen del hambre, de la guerra, de la violencia, de la persecución y de una "inhumanidad de un sistema económico injusto". Ante esta situación dan la bienvenida de todo corazón a los migrantes y refugiados y les aseguran que la Iglesia es su "familia" y su "casa".