ROMA, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, que será creado cardenal por el Papa Francisco este miércoles 28 de junio, ha reivindicado el "diálogo" como principal instrumento para rebajar la tensión ante la convocatoria del referéndum de autodeterminación, no pactado con el Estado, anunciado por el Govern para el próximo 1 de octubre.
"Favorezcamos el diálogo, evitemenos la confrontación y evitemos el enfrentamiento de unos contra otros por el bien común", ha recalcado, para asegurar que esto hay que mantenerlo por encima de pensamientos personales de grupo o políticos.
Omella, que será a partir de este miércoles el octavo cardenal de la Historia del Arzobispado de Barcelona, ha destacado en una rueda de prensa en el Vaticano, que ese es el mensaje de la Iglesia. "Otra cosa es que nos puedan necesitar, que nos puedan pedir ayuda. Nosotros podemos hacer de mediadores en la medida que podamos y los otros nos acepten", ha precisado.
En suma, ha reiterado que "lo más importante es avanzar por el camino del diálogo". "El diálogo es fundamental en una familia, en la sociedad y en la política. En todos los ámbitos. Sino hay diálogo, hay enfrentamiento", ha insistido.
Por otro lado, el futuro purpurado ha confesado que se quedó sorprendido y con "cierto temor y temblor" ante su nombramiento. "No sabía qué hacer, ni qué decir", ha subrayado, al tiempo que ha recalcado que nunca esperó algo así ni soñó con ser obispo "y muchos menos cardenal".
Así, ha afirmado que su "gran deseo" cuando entró al seminario fue ser o misionero en África o cura de pueblo. "Estuve de misionero un año en Zaire y como cura de pueblo estuve 20 años hasta que me llamó el obispo para ser vicario episcopal y ahí empezó todo hasta que acabé de obispo. Pero ni lo pedí, ni lo busqué, ni lo imaginé nunca", ha relatado.
"No creía que Barcelona pudiera seguir siendo sede cardenalicia en estos tiempos", ha añadido.
"VOY A SER EL MISMO"
Además, ha señalado que a sus 71 años y con su trayectoria el "arbolito está hecho" y "difícilmente" va a cambiar. "Voy a ser el mismo. Mi secretario me dice. No lleve usted la cartera, pero yo le digo: 'pero si la he llevado siempre, pues la seguiré llevando", ha bromeado.
En todo caso, ha precisado que no entiende el cardelanato como un ascenso de categoría, de importancia, de escalar unos puestos sino desde el enfoque de las cartas de San Pablo. "Cuando nos habla de que Jesucristo siendo igual a Dios se rebajó y se hizo uno de nosotros, igual que nosotros, hasta morir en la cruz. Es decir, lo que se me pide ahora es un gran servicio a la Iglesia, si cabe mucho más, en clave de servicio, de una manera como nos lo enseña también el Papa, que va a lavar los pies a la cárcel que quizá eso es un signo. Pero que es un símbolo de lo que quieres vivir a lo largo del año. Servir a la comunidad cristiana, al pueblo de Dios, y servir a la sociedad", ha expresado.
Eso cuesta, según ha reconocido, estar disponible todos los días, aunque no se tengan las mismas fuerzas que cuando se tienen cuarenta años.