MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF han coincidido en reclamar a la Unión Europea (UE) que el despliegue de las energías renovables no conlleve modificar directivas claves para la conservación de la naturaleza del Reglamento del Consejo.
Las organizaciones alertan de que, sin naturaleza, la UE no podrá cumplir sus objetivos de reducción de emisiones e inciden en el peligro que representa la idea de enfrentar renovables y biodiversidad. Asimismo, recuerdan que el desarrollo renovable puede realizarse sin generar impactos críticos a los ecosistemas.
Este 13 de diciembre, el Consejo de Energía de la UE decidirá sobre el Reglamento del Consejo por el que se establece un marco para acelerar el necesario despliegue de la energía renovable. Este Reglamento, en su artículo 2, desregula el interés público superior de las Directivas de Hábitats, de Aves Silvestres, la Directiva Marco del Agua, y la de Evaluación de Impacto Ambiental. De aprobarse, las ONG consideran que sería "un paso atrás sin precedentes que pondría en riesgo la conservación de la naturaleza".
Por todo ello, solicitan al Gobierno de España que se mantenga "firme" en la oposición a este reglamento tal y como está redactado, como hizo en la anterior cita del Consejo de Energía, y anuncian que tomarán "todas las medidas legales y sociales necesarias para anular las medidas regresivas en la protección de la biodiversidad contenidas en el reglamento en el caso de que termine rebajando el nivel de protección establecido en las normativas europeas de protección de la naturaleza".
Las organizaciones ecologistas además solicitan al Consejo que elimine del Reglamento cualquier desregulación de las directivas de naturaleza y que trabajen en otros aspectos en los que sí tienen competencias como es conseguir una mayor capacidad de la administración para gestionar los proyectos, una reducción del consumo en sus estados miembros, una mejora en la eficiencia energética, una mayor participación ciudadana en el sistema energético y, por tanto, mayor democratización energética, una mayor conciencia social o en alinearse con los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero propuesto por la ciencia o por el Parlamento Europeo.