MADRID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
Diversas organizaciones sociales, ecologistas y sindicales (entre ellas Ecologistas en Acción) y medio centenar de plataformas contra la turistificación de toda España se han agrupado en 'ciudades y pueblos para vivir', un movimiento que busca acabar con los impactos sociales y ambientales nocivos del turismo.
Desde el movimiento, echan en cara a los políticos y representantes públicos "responsables" de la situación que padece hoy en día España que la industria turística se ha convertido en un factor de "deterioro y empobrecimiento general" para las comunidades. En su opinión, un modelo turístico que "precariza, explota y expulsa a la vecindad, a la vez que depreda los recursos naturales y el medio ambiente" es "inaceptable". En especial, las organizaciones critican que el turismo se sustenta en la precarización y explotación de los trabajadores y denuncian que la proliferación de viviendas de uso turístico repercute "gravemente" en el derecho a una vivienda asequible.
En este sentido, exigen medidas para el fin de la economía sumergida, salarios justos, la no externalización de servicios (como el de las camareras de piso), el reconocimiento de las enfermedades profesionales, la renovación de los convenios colectivos conforme al aumento real de la inflación y el derecho a la vivienda de los profesionales de la hostelería.
Además, instan a declarar las zonas tensionadas, cerrar todas las viviendas de uso turístico ilegales e imponer una moratoria a nuevos permisos de apertura. Por otro lado, se oponen a la ampliación "innecesaria" de infraestructuras como aeropuertos y puertos, así como a la llegada desregulada de cruceros, que en su opinión contribuyen de manera importante a la contaminación de nuestros territorios y al calentamiento global.
En este marco, Ciudades y Pueblos para Vivir efectúa un llamamiento urgente a promover un turismo sostenible y diversificar la economía hacia actividades productivas "respetuosas con la vida de la vecindad trabajadora y del entorno". En especial, el movimiento apuesta por que el modelo turístico "asuma la senda del decrecimiento y renuncie a una prácticas que contaminan, derrochan, esquilman recursos y deterioran el medio ambiente".