ROMA, 20 Ene. ( EUROPA PRESS) -
El Papa ha alertado en su primera misa en Perú de la violencia organizada que practican organizaciones como "el sicariato" -asesinos a cambios de dinero- al tiempo que ha lamentado la "inseguridad que esto genera". Además, el Pontífice se ha solidarizado con las víctimas del fenómeno meteorológico 'el Niño.
"Otras tormentas pueden estar azotando estas costas y, en la vida de los hijos de estas tierras, tienen efectos devastadores. Tormentas que también nos cuestionan como comunidad y ponen en juego el valor de nuestro espíritu. Se le llaman violencia organizada como el "sicariato", ha considerado Francisco desde la ciudad de Huanchaco, en Trujillo, una zona asolada por el fenómeno climático El Niño costero que en 2017 provocó fuertes lluvias que dejaron unos de 133 muertos.
"Perú tiene derecho a que nadie le robe la esperanza", ha asegurado.
En su homilía desde Trujillo, a 560 kilómetros al norte de Lima, el Pontífice ha denunciado "la falta de oportunidades educativas y laborales, especialmente en los más jóvenes, que les impide construir un futuro con dignidad". También ha criticado "la falta de techo seguro para tantas familias forzadas a vivir en zonas de alta inestabilidad y sin accesos seguros".
De este modo, sea hecho eco de "los peores huaicos" el término peruano con el que se le conoce a la masa de lodo y piedras enormes que se desprende de los Andes como consecuencia de las lluvias. Sobre ellos, ha dicho que "destruyen la confianza mutua tan necesaria para construir una red de contención y esperanza". Y ha añadido: "Huaicos que afectan el alma y nos preguntan por el aceite que tenemos para hacerles frente. Muchas veces nos interrogamos sobre cómo enfrentar estas tormentas, o cómo ayudar a nuestros hijos a salir adelante frente a estas situaciones. Quiero decirles: no hay otra salida mejor que la del Evangelio: se llama Jesucristo. Llenen siempre sus vidas de Evangelio".
En Trujillo, en la costa norte del país, una ciudad afectada hace un año por fuertes inundaciones, el Pontífice ha alabado la actitud de los que se ganan "el pan de cada día" a través de los "cansancios cotidianos". Para el Papa, "poder sacar adelante a nuestras familias" ayudará en el futuro a "construir un futuro mejor".
Ante los miles de fieles congregados a las orillas del océano Pacífico, ha destacado que han conocido "la bravura de la naturaleza" y han experimentado "sus golpes". "Así como ellos enfrentaron la tempestad sobre el mar, a ustedes les tocó enfrentar el duro
golpe del Niño costero, cuyas consecuencias dolorosas todavía están presentes en tantas familias, especialmente aquellas que todavía no pudieron reconstruir sus hogares. También por esto quise estar y rezar aquí con ustedes", ha enfatizado. Y ha agregado a continuación: "No tenemos un Dios ajeno a lo que sentimos y sufrimos, al contrario, en medio del dolor nos entrega su mano".
El Pontífice ha salido en avión a primera hora desde Lima hacia Trujillo donde ha dedicado su primer discurso a reconfortar las víctimas y damnificados por las inundaciones del último año, que causaron innumerables destrozos. Allí ha sido recibido por el gobernador regional de La Libertad, Luis Valdez Farías; por el alcalde provincial de Trujillo, Edilio Espinoza Quispe; el alcalde distrital de Huanchaco, José Ruiz Vega; el alcalde distrital de Víctor Larco Herrera, Carlos Vásquez; y el arzobispo metropolitano de Trujillo, monseñor Héctor Miguel Cabrejos.
Sobre las inundaciones, el Papa ha puesto en valor que fue "un momento de oscuridad" y ha destacado a su vez "la solidaridad" y "la generosidad" que les ayudó a recuperarse. "Fueron al encuentro del Señor con innumerables gestos concretos de ayuda. En medio de la oscuridad junto a tantos otros fueron cirios vivos que iluminaron el camino con manos abiertas y disponibles para paliar el dolor y compartir lo que tenían desde su pobreza", ha explicado.
De esta manera, ha señalado que en la vida "hay cosas que no se improvisan y mucho menos se compran". "El alma de una comunidad se mide en cómo logra unirse para enfrentar los momentos difíciles, de adversidad, para mantener viva la esperanza", ha agregado a este respecto.
Y finalmente ha concluido: "La fe nos abre a tener un amor concreto, de obras, de manos tendidas, de compasión; que sabe construir y reconstruir la esperanza cuando parece que todo se pierde. Así nos volvemos partícipes de la acción divina, esa que nos describe el apóstol Juan cuando nos muestra a Dios que enjuga las lágrimas de sus hijos".
Está previsto que el Papa se traslade al Arzobispado de Trujillo, donde almorzará, y de ahí tendrá una breve visita a la Catedral de Trujillo. Después de dirigirá hacia el Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo, donde tendrá un encuentro con sacerdotes, religiosos y seminaristas de las 11 circunscripciones eclesiásticas del norte del Perú.
Por su parte, el arzobispo de Trujillo, Mons. Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, quien ha pronunciado un discurso antes de la alocución del Papa, ha agradecido al pontífice "su cercanía" y, en especial, "su preocupación ante los terribles momentos vividos a causa del Niño Costero". Así ha dicho: "Santo Padre, lleve en su retina el testimonio de este pueblo que permanece fiel a su Señor en medio de las luces y tinieblas de nuestra sociedad.