Hace un llamamiento a "la castidad, la pobreza y la obediencia" durante su encuentro con comunidades religiosas de Corea
SEUL, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha reconocido este sábado que la vida en comunidad "no siempre es fácil pero es un campo de entrenamiento providencial para el corazón" con el fin de crecer "en la misericordia, la paciencia y la caridad perfecta", durante el encuentro que ha mantenido con las comunidades religiosas de Corea en el Training Centre 'School of Love', en el marco de la tercera jornada de su viaje apostólico por el país asiático.
En su discurso, el Pontífice ha destacado "la gran variedad de carismas y actividades apostólicas que ustedes representan" lo que, a su juicio, "enriquece maravillosamente la vida de la Iglesia en Corea y más allá", al tiempo que ha reflexionado sobre la importancia de la alegría, "un don que se nutre de una vida de oración, de la meditación de la Palabra de Dios, de la celebración de los sacramentos y de la vida en comunidad".
"Sólo si nuestro testimonio es alegre, atraeremos a los hombres y mujeres a Cristo", ha asegurado el Santo Padre. "Cuando éstas faltan, surgirán debilidades y dificultades que oscurecerán la alegría que sentíamos tan dentro al comienzo de nuestro camino", ha relatado el Pontífice, que también ha destacado la vida en comunidad que, como ha reconocido saber por experiencia, "no siempre es fácil pero es un campo de entrenamiento providencial para el corazón".
"Es poco realista no esperar conflictos: surgirán malentendidos y habrá que afrontarlos. Pero, a pesar de estas dificultades, es en la vida comunitaria donde estamos llamados a crecer en la misericordia, la paciencia y la caridad perfecta", ha indicado.
En palabras de Francisco, "la experiencia de la misericordia de Dios, alimentada por la oración y la comunidad, debe dar forma a todo lo que ustedes son, a todo lo que hacen". En este punto, ha asegurado que "su castidad, pobreza y obediencia serán un testimonio gozoso del amor de Dios en la medida en que permanezcan firmes sobre la roca de su misericordia".
En el caso de la obediencia, ha abogado por "una obediencia madura y generosa", que "requiere unirse con la oración a Cristo, mientras que "la castidad expresa la entrega exclusiva al amor de Dios, que es la 'roca de mi corazón'". "Todos sabemos lo exigente que es esto, y el compromiso personal que comporta. Las tentaciones en este campo requieren humilde confianza en Dios, vigilancia y perseverancia", ha afirmado.
Por último, en alusión a la pobreza, ha recordado que Cristo "se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza" y ha hecho hincapié en "la necesidad de evitar todo aquello que pueda distraerles y causar desconcierto y escándalo a los demás". "En la vida consagrada, la pobreza es a la vez un muro y una madre. Un muro porque protege la vida consagrada, y una madre porque la ayuda a crecer y la guía por el justo camino. La hipocresía de los hombres y mujeres consagrados que profesan el voto de pobreza y, sin embargo, viven como ricos, daña el alma de los fieles y perjudica a la Iglesia", ha reconocido.
Por todo ello, ha pedido a los presentes que "hagan todo lo que puedan para demostrar que la vida consagrada es un don precioso para la Iglesia y para el mundo". "No lo guarden para ustedes mismos; compártanlo, llevando a Cristo a todos los rincones de este querido país. Dejen que su alegría siga manifestándose en sus desvelos por atraer y cultivar las vocaciones, reconociendo que todos ustedes tienen parte en la formación de los consagrados y consagradas del mañana".
"VIAJE DE IMPORTANCIA HISTÓRICA"
Anteriormente al discurso del Papa, el presidente de la Unión de Superiores Mayores de los Institutos de la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica de Corea, el Padre Hwang Seok-mo, ha agradecido la visita del Santo Padre, calificada como "un signo del Espíritu Santo" al tiempo que se ha mostrado confiado en que sea "una esperanza, un puente entre la fe y la caridad".
El presidente de la Asociación de Superiores Mayores, Sor Escolástica Lee Kwang-ok, ha añadido por su parte que esta visita a Corea del Sur supone "un acontecimiento de importancia histórica, es una alegría y al mismo tiempo es una responsabilidad para la Iglesia coreana en Asia", que ha "crecido alimentada por la sangre de los mártires". Por ello, ha vaticinado que este viaje puede ser "una oportunidad para fomentar el camino concreto de la iglesia".
Precisamente, el Papa ha hecho alusión a los mártires en su cuenta oficial de Tiwtter este sábado. "Los mártires nos enseñan que la riqueza, el prestigio y el honor son de poca importancia: Cristo es el único y verdadero tesoro", ha indicado.