Francisco cree que hay sectores en la Iglesia que aún no han aceptado el Concilio Vaticano II
ROMA, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha desvelado durante una conversación con representantes de revistas culturales jesuitas europeas que advirtió al presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, monseñor Btzing sobre el camino sinodal alemán. "Le dije: hay una muy buena Iglesia evangélica en Alemania. No necesitamos dos", explica el Pontífice en este diálogo que ahora hace pública la revista italiana 'La Civilta Cattolica'.
Francisco se refiere así al camino sinodal iniciado por los católicos alemanes en 2019 tras los escándalos de abusos en el seno de la Iglesia, cuestionado por el Vaticano y que aborda asuntos como el celibato, la moralidad sexual, o la posición de las mujeres en la Iglesia. Este camino es previo al Sínodo en tres fases convocado por el Papa en todo el mundo en 2021, con consultas a iglesias locales y "a todos los bautizados" y que culminará en 2023.
El Pontífice, señala que hay un "problema" que surge cuando la vía sinodal "proviene de las élites intelectuales y teológicas" y está muy "influenciada por las presiones externas". Por el contrario, subraya que ha algunas diócesis en las que el Camino Sinodal se está haciendo con los fieles, con el pueblo, "lentamente".
"He querido escribir una carta sobre su Camino Sinodal --recuerda finalmente sobre la 'Carta del Santo Padre Francisco al pueblo de Dios que peregrina en Alemania' enviada en 2019--. La escribí solo, y me llevó un mes escribirla. No quería involucrar a la Curia. Lo hice por mi cuenta. La original está en español, y la que está en alemán es una traducción. Allí escribí lo que pienso".
DIÓCESIS DE COLONIA
A Francisco también le preguntan por la situación en la diócesis de Colonia, de la que el cardenal alemán y arzobispo, Rainer Maria Woelki, cuestionado por su gestión en los casos abusos a menores en la mayor diócesis del país, presentó su renuncia el pasado mes de marzo.
"Cuando la situación estaba muy turbulenta, pedí al arzobispo que se marchara durante seis meses, para que las cosas se calmaran y yo pudiera ver con claridad. Porque cuando las aguas están agitadas, no puedes ver con claridad. Cuando volvió, le pedí que escribiera una carta de dimisión. Lo hizo y me lo dio. Y escribió una carta de disculpas a la diócesis. Lo dejé en su puesto para ver qué pasaba, pero tengo su dimisión en la mano", apunta.
No obstante, ha precisado que "hay muchos grupos de presión y "bajo presión no se puede discernir". Además, ha añadido que también hay un problema económico y que está pensando en enviar una auditoría financiera. "Estoy esperando que no haya presión para discernir. El hecho de que haya diferentes puntos de vista está bien. El problema es cuando hay presión. Eso no ayuda. Sin embargo, no creo que Colonia sea la única diócesis del mundo donde hay conflictos. Y la trato como a cualquier otra diócesis del mundo que tenga conflictos. Me viene a la mente una que aún no ha terminado su conflicto: Arecibo, en Puerto Rico. Es así desde hace años. Hay muchas diócesis así", ha revelado en la entrevista.
RENOVACIÓN ESPIRITUAL
Por otro lado, preguntado sobre si ve signos de renovación espiritual ve en la Iglesia, el Papa ha lamentado que es muy difícil que eso se dé "usando esquemas muy anticuados". Así, considera que la Iglesia tiene que renovar la "forma de ver la realidad" y "de evaluarla".
"En la Iglesia europea veo más renovación en las cosas espontáneas que están surgiendo: movimientos, grupos, nuevos obispos que recuerdan que hay un Concilio detrás, porque el Concilio que más recuerdan algunos pastores es el de Trento. Y no lo digo en broma", ha indicado.
El Papa ha alertado de que existe un "restauracionismo" que ha llegado para "amordazar al Concilio Vaticano II''. "El número de grupos de restauradores -hay muchos en Estados Unidos, por ejemplo- es asombroso", asegura. Así, cree que en la Iglesia hay ideas y comportamientos que provienen precisamente de ese "restauracionismo" que no aceptó el Concilio Vaticano II.
"El problema es precisamente éste: que en algunos contextos el Concilio aún no ha sido aceptado. También es cierto que un Concilio tarda un siglo en echar raíces. Por tanto, ¡todavía nos quedan cuarenta años para que arraigue!", ha indicado.
En todo casó, también ve signos de renovación en los grupos que dan un nuevo rostro a la Iglesia a través de la asistencia social o pastoral y señala a los franceses como actores "muy creativos" en esto.