ROMA 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha avisado en Mozambique del peligro que supone aceptar que el precio a pagar por la ayuda extranjera es dejarse corromper, durante la misa celebrada ha constatado el Papa en una misa campal en el Estadio Nacional de Zimpeto, que cierra la visita de tres días del pontífice en Mozambique, el primer punto de una gira por África.
"Es triste cuando esto se constata entre hermanos de la misma tierra que se dejan corromper; es muy peligroso aceptar que este sea el precio que tenemos que pagar ante la ayuda extranjera", ha lamentado.
El obispo de Roma ha comenzado su último día con un recorrido por el hospital de Zimpeto antes de dirigirse al estadio.
"Mozambique es un territorio lleno de riquezas naturales y culturales, pero paradójicamente con una enorme cantidad de su población bajo la línea de pobreza. Y a veces pareciera que quienes se acercan bajo el supuesto deseo de ayudar, tienen otros intereses", ha denunciado el Papa.
Además, ha vuelto a reivindicar la paz que puso fin a la guerra civil que duró 13 años y dejó más de un millón de muertos en el país. La contienda terminó en 1992 con los Acuerdos de Roma propiciados por la Comunidad de San Egidio, la Iglesia local y el Gobierno italiano.
"Ninguna familia, ningún grupo de vecinos o una etnia, menos un país, tiene futuro si el motor que los une, convoca y tapa las diferencias es la venganza y el odio --ha dicho el Pontífice--. No podemos ponernos de acuerdo y unirnos para vengarnos, para hacerle al que fue violento lo mismo que él nos hizo, para planificar ocasiones de desquite bajo formatos aparentemente legales".
El Papa ha dejado claro que la violencia deja siempre una "espiral sin salida y su costo es muy alto". "Otro camino es posible porque es crucial no olvidar que nuestros pueblos tienen derecho a la paz. Vosotros tenéis derecho a la paz", ha afirmado.
Así ha enfatizado que "superar los tiempos de división y violencia supone no sólo un acto de reconciliación o la paz entendida como ausencia de conflicto, sino el compromiso cotidiano de cada uno de nosotros de tener una mirada atenta y activa que nos lleve a tratar a los demás con esa misericordia y bondad con la que queremos ser tratados".
Para el Papa es necesaria la misericordia y la bondad especialmente "hacia aquellos que, por su condición, son rápidamente rechazados y excluidos". "Se trata de una actitud de fuertes y no de débiles, una actitud de hombres y mujeres que descubren que no es necesario maltratar, denigrar o aplastar para sentirse importantes, sino al contrario", ha incidido. Ante 60.000 personas, el Papa ha aseverado finalmente que "la represión solo aporta peores conflictos".