ROMA 24 May. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha señalado que "a Dios no le gusta ser amado como se ama a un líder" tras proponer a los fieles congregados en la plaza de San Pedro que, frente a la decepción y el miedo, elijan el camino de la "terapia de esperanza" como hicieron los discípulos de Emaús.
"A Dios no le gusta ser amado como se ama a un líder que arrastra hacia la victoria a su pueblo derramando la sangre de sus adversarios. Nuestro Dios es una débil llama que arde en un día de frío y viento", ha especificado.
Durante la audiencia general de este miércoles, que ha pronunciado tras haber recibido en el Vaticano al presidente de EEUU, Donald Trump, el Papa ha asegurado que "en el encuentro entre Jesús y los dos discípulos de Emaús es un encuentro rápido, pero en él residió todo el destino de la Iglesia".
Así al reflexionar sobre este pasaje de la Biblia, ha señalado que los discípulos de Emaús "cultivaban una esperanza solo humana que había resultado destrozada". En este sentido, según ha recordado, se produjo el encuentro con Jesús, que significó "su terapia de la esperanza". "Esto que sucede en este camino es una terapia de la esperanza. ¿Quién la hace?: Jesús. Jesús pregunta y escucha. Nuestro Dios no es un Dios invasor. Aunque ya conocía el motivo de la decepción, les deja tiempo para poder sondear las profundidades de la amargura que les han arrastrado", ha señalado.
Así ha concluido que para encender en los discípulos de Emaús la llama de la esperanza, "Jesús les habla sobre todo por medio de las Escrituras" al recordar que "la verdadera esperanza nunca se alcanza a un bajo precio: pasa siempre por medio de la derrota".