El Papa dice en Ecuador que la fe es "revolucionaria" y aleja de la tentación "de dictaduras, ideologías o sectarismos"

Actualizado: martes, 7 julio 2015 19:49


QUITO, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha afirmado que la fe "es revolucionaria" y aleja de la tentación "de dictaduras, ideologías o sectarismos" durante la segunda misa celebrada en su tercer día en Ecuador, primera etapa de su viaje por América Latina que se completará con las visitas a Bolivia y Paraguay.

"La propuesta de Jesús es concreta, no de ideas: andad y haced lo mismo. Nos aleja de la tentación de dictaduras, ideologías o sectarismos", ha clamado durante la multituidinaria eucaristía celebrada en El Parque del Bicentenario de Ecuador.

Durante la homilía en la que ha reflexionado sobre la evangelización de los pueblos, Francisco ha afirmado que evangelización no es proselitismo, sino que consiste en acercar a los que se sienten lejos de Dios y de la Iglesia, a los que son temerosos o a los indiferentes. Así ha invitado a los cristianos a decir que el Señor "también llama a ser parte de su pueblo y lo hace con gran respeto y amor" a los que no creen.

"La unión que pide Jesús no es uniformidad sino multiforme armonía. No un arreglo hecho a medida en el que nosotros ponemos las condiciones", ha exclamado.

En la misa han concelebrado 2 mil sacerdotes y el Papa ha afirmado que evangelizar es "darse" porque "esa es nuestra revolución: nuestra fe es siempre revolucionaria. Ese es nuestro grito!".

Además, ha subrayado "la necesidad de luchar por la inclusión a todos los niveles, evitando egoísmos, promoviendo la comunicación y el diálogo, incentivando la colaboración" al tiempo que ha explicado que el Bicentenario de Independencia de Hispanoamérica "fue un grito nacido de la conciencia de la falta de libertades".

Del mismo modo, ha dicho que el Señor experimentó "en carne propia lo peorcito de este mundo al que ama: intrigas, traición", pero que no escondió "la cabeza, no se lamentó". Finalmente ha advertido que es impensable "que brille la unidad si la mundanidad espiritual nos hace estar en guerra entre nosotros, en una búsqueda estéril de poder, prestigio, placer o seguridad económica".

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