MADRID 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco ha destacado que el sucesor de San Josemaría Escrivá al frente del Opus Dei, Álvaro del Portillo, anima a "no tener miedo de ir a contracorriente y de sufrir por anunciar el Evangelio" y enseña "que en la sencillez y cotidianeidad de la vida se puede encontrar el camino de santidad".
"El beato Álvaro del Portillo nos envía un mensaje muy claro, nos dice que nos fiemos del Señor, que él es nuestro hermano, nuestro amigo que nunca nos defrauda y que siempre está a nuestro lado. Nos anima a no tener miedo de ir a contracorriente y de sufrir por anunciar el Evangelio. Nos enseña además que en la sencillez y cotidianeidad de nuestra vida podemos encontrar un camino seguro de santidad", señala el Papa en una carta que ha sido leída en la misa de beatificación y en la que se une a la "alegría" de la beatificación.
Además, el Pontífice ha recordado las palabras que Álvaro del Portillo solía repetir --"¡Gracias, perdón y ayúdame más!"-- para destacar del futuro beato su "amor a la Iglesia" a la que sirvió "con un corazón despojado de interés mundano, lejos de la discordia, acogedor con todos y buscando siempre lo positivo de los demás, lo que une, lo que construye".
"Nunca una queja o crítica, ni siquiera en momentos especialmente difíciles", ha subrayado, para añadir que tal y como había "aprendido de San Josemaría, respondía siempre con la oración, el perdón, la comprensión y la caridad sincera".
Atendiendo al "perdón", el Pontífice ha destacado que Álvaro del Portillo sabía de "la necesidad de misericordia" de Dios, de abrirse a su amor que "no humilla, ni hunde en el abismo de la culpa, sino que abraza, levanta de la postración".
También ha recordado que el futuro beato "recorrió muchos países fomentando proyectos de evangelización, sin reparar en dificultades, movido por su amor a Dios y a los hermanos". "Hay que salir de nuestros egoísmos y comodidades e ir al encuentro de nuestros hermanos", ha subrayado. Finalmente, ha pedido a todos los fieles de la Prelatura, sacerdotes y laicos, que recen por él y ha impartido la bendición a los miles de fieles presentes.