Francisco I en Birmania
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Actualizado: miércoles, 29 noviembre 2017 18:15

ROMA 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha instado a los budistas de Birmania a superar los "prejuicios" y el "odio" de manera que sanen las heridas para llevar a las personas esperanza.

"Si debemos estar unidos, como es nuestro propósito, es necesario superar todas las formas de incomprensión, de intolerancia, de prejuicio y de odio", ha expresado ante el Consejo Supremo de la "Sangha", el órgano formado por los máximos jefes de rama budista Theravada, la dominante en Birmania.

En el Kaba Aye Center de la ciudad de Rangún, el Santo Padre ha pronunciado su discurso después de que los monjes budistas realizasen algunas oraciones. En este escenario, les ha invitado a cerrar las heridas "causadas por los conflictos, la pobreza y la opresión persistente" ya que "crean nuevas divisiones".

"Sabemos que existe un camino que nos permite avanzar, que lleva a la curación, a la mutua comprensión y al respeto. Un camino basado en la compasión y en el amor", ha evidenciado.

El encuentro se enmarca en un momento delicado en Birmania, ya que coincide con el éxodo de la minoría musulmana rohingya hacia Bangladesh huyendo de la persecución del Ejército birmano y en parte instigada por grupos radicales budistas. Desde el pasado 25 de agosto, cuando comenzó la última ola de violencia, más de 600.000 rohingyas han huido del estado birmano de Rajine al país vecino.

Durante su alocución, el Papa ha reafirmado el compromiso "con la paz, el respeto de la dignidad humana y la justicia para todos los hombres y mujeres".

Por otro lado, ha reconocido que los birmanos han sido formados "en los valores de la paciencia, de la tolerancia y del respeto por la vida, así como en una espiritualidad atenta y profundamente respetuosa de nuestro medio ambiente".

"Estos valores son esenciales para un desarrollo integral de la sociedad, a partir de la familia, que es la unidad más pequeña pero más esencial, para luego extenderse a la red de relaciones que nos ponen en estrecha conexión", ha destacado.

Para el Papa, el "gran desafío" de hoy en día es el de ayudar a las personas a que se "abran a la trascendencia" y a "que sean capaces de mirar en su interior y de conocerse a sí mismas de manera que puedan reconocer la interconexión recíproca con los demás".

Finalmente, ha vuelto a reivindicar la "cultura del encuentro" cuyos valores "fortalecen a nuestras comunidades y las ayudan para que puedan iluminar al conjunto de la sociedad con esa luz tan necesaria".

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