ROMA, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha instado a los sacerdotes a no ser "curas de salón" al tiempo que ha reiterado la importancia de la formación sacerdotal permanente que debe durar "toda la vida".
"¿Qué sacerdote quiero ser? ¿Un "cura de salón", uno tranquilo y asentado, o un discípulo misionero cuyo corazón arde por el Maestro y por el pueblo de Dios?", se ha preguntado Francisco ante los participantes en el Encuentro Internacional promovido por la Congregación para el Clero, sobre la Ratio Fundamentalis.
El pontífice ha señalado que si un cura no se deja formar cada día por el Señor, "se vuelve un cura apagado, que se arrastra en el ministerio por inercia, sin entusiasmo por el Evangelio, ni pasión por el Pueblo de Dios". Para el Papa es necesario que los sacerdotes se dejen moldear por Dios cada día. Así ha manifestado que aquel que se encomienda "en las manos del Alfarero con 'A' mayúscula, conserva en el tiempo el entusiasmo del corazón, acoge con alegría el frescor del Evangelio, habla con palabras capaces de tocar la vida de la gente".
"Sus manos, ungidas por el Obispo en el día de su Ordenación, son capaces de ungir a su vez las heridas, las expectativas y las esperanzas del Pueblo de Dios", ha agregado.
Al evocar la imagen bíblica de las manos amorosas de Dios, que cuida a su criatura y modela la arcilla, el Papa se ha referido a las vocaciones al sacerdocio. Para Francisco los curas necesitan de una "cercanía cargada de ternura, de responsabilidad por la vida de los sacerdotes así como una capacidad para ejercer el arte del discernimiento como instrumento privilegiado de todo el camino sacerdotal".
Finalmente ha subrayado que la Iglesia necesita curas "capaces de anunciar el Evangelio con entusiasmo y sapiencia, capaces de encender la esperanza allí donde las cenizas han cubierto las brasas de la vida, y de generar la fe en los desiertos de la historia".