ROMA 3 (EUROPA PRESS)
El Papa ha invitado a "armonizar el tiempo del trabajo y las exigencias de la familia, la profesión y la maternidad, el trabajo y la fiesta" para "construir una sociedad de rostro humano" durante la Misa que concluyó el VII Encuentro Mundial de las Familias 'la familia, el trabajo y la fiesta' que se llevó a cabo en Milán desde el miércoles 30 de mayo.
Al inicio, el arzobispo de Milán, cardenal Angelo Scola ha recordado el "dolor y la incertidumbres" que viven las víctimas de los recientes terremotos en el norte de Italia y ha asegurado "su oración y su concreta solidaridad".
Durante su homilía, el Papa ha señalado que la solemnidad litúrgica de la Santísima Trinidad, "invita a contemplar ese misterio, pero impulsa también al compromiso de vivir la comunión con Dios y entre nosotros según el modelo de la Trinidad" que llama a "acoger y transmitir de modo concorde las verdades de la fe, a vivir el amor recíproco y hacia todos, compartiendo gozos y sufrimientos".
En este sentido, el Pontífice ha confiado "la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean cada vez más una familia, capaces de reflejar la belleza de la Trinidad y de evangelizar no sólo con la palabra" sino con "la fuerza del amor vivido".
Benedicto XVI ha resaltado que "la familia, fundada sobre el matrimonio entre el hombre y la mujer, está también llamada al igual que la Iglesia a ser imagen del Dios Único en Tres Personas" y ha recordado que "Dios creó el ser humano hombre y mujer, con la misma dignidad, pero también con características propias y complementarias" para que los dos fueran "un don el uno para el otro, se valoraran recíprocamente y realizaran una comunidad de amor y de vida".
Así, el Papa dirigiéndose a los esposos ha subrayado que "viviendo el matrimonio no os dais cualquier cosa o actividad, sino la vida entera" y el "amor es fecundo" porque se realiza el bien el uno al otro "experimentando la alegría del recibir y del dar".
Además, es fecundo - ha añadido- en "la procreación, generosa y responsable, de los hijos, en el cuidado esmerado de ellos y en la educación metódica y sabia", así como es fecundo para la sociedad, porque la vida familiar es "la primera e insustituible escuela de virtudes sociales, como el respeto de las personas, la gratuidad, la confianza, la responsabilidad, la solidaridad, la cooperación".
El Papa ha invitado a las familias a "pedir con frecuencia en la oración la ayuda de la Virgen María y de san José" para "acoger el amor de Dios como ellos lo acogieron" ya que su "vocación no es fácil de vivir, especialmente hoy", pero ha agregado que "el amor es una realidad maravillosa, es la única fuerza que puede verdaderamente transformar el mundo".
Asimismo, Benedicto XVI ha resaltado el testimonio de tantas familias presentes que "señalan los caminos para crecer en el amor, mantener una relación constante con Dios y participar en la vida eclesial, cultivar el diálogo, respetar el punto de vista del otro, estar dispuestos a servir, tener paciencia con los defectos de los demás, saber perdonar y pedir perdón, superar con inteligencia y humildad los posibles conflictos, acordar las orientaciones educativas, estar abiertos a las demás familias, atentos con los pobres, responsables en la sociedad civil".
Además, el Pontífice se ha dirigido a los fieles que, "aun compartiendo las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, están marcados por las experiencias dolorosas del fracaso y la separación" ha señalado que "el Papa y la Iglesia os sostienen en vuestra dificultad" y los ha animado a "permanecer unidos a vuestras comunidades, al mismo tiempo que espero que las diócesis pongan en marcha adecuadas iniciativas de acogida y cercanía".
Por otra parte, el Papa ha condenado las modernas teorías económicas en las que "prevalece con frecuencia una concepción utilitarista del trabajo, la producción y el mercado" que no contribuye a un "desarrollo armónico, al bien de la familia y a edificar una sociedad más justa" ya que supone una "competencia exasperada, fuertes desigualdades, degradación del medio ambiente, carrera consumista y pobreza en las familias".
Al finalizar, ha enfatizado que el hombre está llamado al descanso y que para los cristianos "el día de fiesta es el domingo, día del Señor, pascua semanal", es el día del hombre y de sus valores, es el día de la familia, "en el que se vive juntos el sentido de la fiesta, del encuentro, del compartir, también en la participación de la santa Misa" y ha exhortado a las familias a no perder el sentido del día del Señor "a pesar del ritmo frenético de nuestra época" ya que es como "el oasis en el que detenerse para saborear la alegría del encuentro y calmar nuestra sed de Dios".
Después de la Misa, el cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia ha agradecido al Papa su presencia y por haber hecho experimentar "concretamente e intensamente la alegría de ser Iglesia" y le ha augurado poder continuar a "guiar el pueblo de Dios en la verdad y en la caridad".