ROMA, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha invitado durante la primera misa al aire libre de su viaje a Birmania a responder al odio y al resentimiento "con compasión y misericordia" al tiempo que ha subrayado que el "camino de la venganza, no es el camino de Jesús".
Durante la misa celebrada en el parque Kyaikkasan de Yangon, ante unos 150.000 fieles, Francisco ha reivindicado el papel de la Iglesia en el país y ha condenado la venganza. "Algunos piensan que la cura puede venir de la rabia o la venganza", ha subrayado el Pontífice, para añadir que el "camino de la venganza no es el camino de Jesús".
"El camino de Jesús es radicalmente diferente al odio de otros le condujo a la pasión y a la muerte, pero él responde al odio y el resentimiento con el perdón, la compasión y la misericordia", ha agregado.
Así ha observado que la Iglesia en Birmania "está ayudando a un gran número de hombres, mujeres y niños, sin distinción de religión y diferencia étnica". Y desde esta óptica ha elogiado la labor de los católicos que están haciendo mucho por "llevar el bálsamo de la misericordia a todos, especialmente a los más pobres". Y ha aseverado: "En medio de tanta pobreza y dificultad, muchos de vosotros ofrecéis una concreta asistencia y solidaridad a los pobres y olvidados".
En la homilía que ha leído en italiano, y ha traducido al tagalo, ha reconocido que muchos han "venido desde lejos, algunos incluso a pie, llegados como peregrinos a escuchar unas palabras de esperanza y consuelo". "Iglesia está aquí viva, Cristo está vivo, y está aquí, con vosotros", ha dicho.
Asimismo, el Papa ha reflexionado sobre el modo de encontrar a Dios al señalar que "Jesús es el intérprete definitivo de Dios, es la sabiduría en persona, y no la muestra con grandes discursos o manifestaciones de su poder, sino muriendo en la cruz".
De este modo ha definido el amor de Jesús como de "un GPS espiritual, que nos guía por el camino del amor de Dios en cada prójimo". Y ha apostillado: "En la cruz podemos encontrar la sabiduría. De la cruz viene la salvación".
El obispo de Roma ha señalado que es en "las heridas y las cicatrices de Jesús" donde se encuentran todas las curas también en Birmania donde "tantos hombres y mujeres llevan consigo las huellas de la violencia, directa o indirecta, y la tentación es responder con la violencia".
"Podemos encontrar obstáculos y reservas, pero él nos dará la sabiduría a la que ninguno puede resistirse una sabiduría a través del Espíritu Santo, mediante el que el amor de Dios llega a nuestro corazón. Con el don del Espíritu, Jesús nos hace a cada uno signos de su sabiduría y de su misericordia, que da sosiego a los heridos y abandonados", ha agregado.
Así se observa en la Eucaristía, donde "no sólo reconocemos el don de su cuerpo y su sangre, sino también cómo encontrar reposo en sus heridas, y ser purificados de todos nuestros pecados". "Refugiándonos en las heridas de Cristo, probamos el bálsamo de la misericordia del Padre, y tenemos la fuerza para entregarlas a los demás. Así seremos testimonios de la paz y la reconciliación que Dios quiere que reine en todo ser humano y en toda comunidad", ha concluido.