MADRID 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Papa no se asomará este domingo a la ventana del Palacio Apostólico para rezar el Ángelus, como hace cada domingo, por un resfriado.
Francisco dirigirá la oración mariana desde la capilla de su residencia en el Vaticano, según ha anunciado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
"Debido al intenso frío, unido a los síntomas de resfriado que se han manifestado en los últimos días, mañana, domingo 22 de diciembre, el Papa Francisco dirigirá la oración del Ángelus en la capilla de la Casa Santa Marta, también en vista de los compromisos de la próxima semana", explica Bruni en un comunicado difundido esta tarde a través del canal Telegram.
El propio Papa Francisco comentó este viernes, al reunirse con la Federación Italiana de Bochas, que estaba "muy resfriado".
No es la primera vez que el Pontífice reza el Ángelus desde la Casa Santa Marta. En diciembre del año pasado, debido a la inflamación en sus pulmones que le obligó a cambiar los compromisos de su agenda y renunciar al viaje a Dubái para la Cop28, la cita dominical se celebró en el interior de la capilla -conocida por el público por las numerosas misas matutinas presididas por el Santo Padre- para evitar que el Papa se expusiera a cambios bruscos de temperatura.
La oración será retransmitida en directo por televisión y en las pantallas de la Plaza de San Pedro.
En un plano más amplio, el Papa ha optado por el reposo a su vez para llegar en la forma posible a las citas litúrgicas de esta Navidad que arrancan este martes 24 de diciembre con la tradicional Misa del Gallo de Nochebuena; además, el Pontífice inaugurará ese mismo día -tras la Eucaristía el Jubileo de la Esperanza- con la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro.
"BENDIGAN Y NO MALDIGAN NUNCA"
El Papa ha dirigido esta mañana un discurso a la Curia Romana por el tradicional saludo para felicitar a los cardenales la Navidad. En su mensaje, les ha pedido que "bendigan y no maldigan nunca". Así ha enfatizado la necesidad de que "digan lo bueno y no digan lo malo" de los demás.
"Es algo que nos concierne a todos, también al Papa, a los obispos, a los sacerdotes, a las personas consagradas, a los laicos, y en relación con lo cual estamos todos iguales porque afecta a nuestra humanidad", ha especificado.
De este modo, ha asegurado que las habladurías son "un mal que destruye la vida social" y "no conduce a nada".
"Dios no nos maldijo sino que nos bendijo. En Dios no hay maldición sino siempre y sólo bendición", ha incidido.
En su mensaje, asimismo, ha puesto en valor el hecho de que "acusarse a sí mismo es un medio, pero es indispensable: es la actitud básica en la que puede arraigarse la opción fundamental de decir 'no' al individualismo y 'sí' al espíritu comunitario, al espíritu eclesial".
"De hecho, quienes practicando la virtud de acusarse a sí mismo -ha subrayado el Papa- y practicándola constantemente, se liberan de las sospechas y de la desconfianza y dejan espacio a la acción de Dios, el único que crea la unión de corazones", ha reivindicado.
El pasado 17 de diciembre, Francisco cumplió 88 años y se convirtió en el tercer Pontífice más longevo de la Historia de la Iglesia católica. Solo lo han superado en edad, León XIII, quien vivió hasta los 93 años, y Agatón, un Papa del siglo VII que alcanzó los 102 años.