ROMA, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha pedido a los párrocos, religiosos y superiores de las Órdenes Religiosas presentes en Roma que abran las puertas de las propiedades que tengan vacías para acoger a personas sin hogar o a grupos sociables vulnerables que estén en riesgo de perder la casa por impagos de la hipoteca en vísperas del Jubileo de la Esperanza, que arrancará el próximo 24 de diciembre.
"En vista del Jubileo, pedí a mi diócesis que diera un signo tangible de atención a los problemas de vivienda para que, junto a la acogida de todos los peregrinos que vendrán, se activen formas de protección para los que no tienen casa o corren el riesgo de perderla", ha señalado el Pontífice en una carta firmada el pasado 8 de noviembre, pero hecha pública por la oficina de prensa del Vaticano este viernes.
"En esta perspectiva, desearía que todas las realidades diocesanas propietarias de inmuebles ofrecieran su contribución para frenar la emergencia de la vivienda con signos de caridad y solidaridad que puedan generar esperanza en los miles de personas de la ciudad de Roma que se encuentran en situación de precariedad", ha insistido Francisco.
El Papa ha insertado esta solicitud en la base del pensamiento de la doctrina social de la Iglesia y ha recordado que sus principios se encarnan en tres derechos inviolables: la tierra, el hogar y el trabajo. "Instituciones y administraciones de distintos niveles, junto con asociaciones y movimientos populares asociaciones y movimientos populares, se están organizando para reforzar la respuesta de acogida y solidaridad hacia estos hermanos y hermanas, trabajando en colaboración entre las instituciones y la sociedad civil, y la Iglesia está llamada a contribuir", ha señalado Francisco.
En este sentido, ha pedido a todas las realidades eclesiales que realicen "un gesto valiente de amor" ofreciendo el espacio del que disponen, "especialmente aquellos que poseen alojamientos o pisos libres". Del mismo modo, ha explicado que quienes se acojan a esta medida podrán ser atendidos "por las instituciones y los servicios sociales" mientras que las asociaciones y los movimientos populares proporcionarán ayuda en forma de "servicios personales, cuidados y bienes relacionales". El Pontífice ha deseado con este gesto se contribuya a hacer que "la acogida merezca la pena y a construir fraternidad".