ROMA, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional que proteja los derechos de la infancia durante la audiencia general de este miércoles al recordar que el próximo domingo, 20 de noviembre, se celebrará la Jornada Mundial de los Derechos de la infancia y la adolescencia.
"Hago un llamamiento a la conciencia de todos, instituciones y familias, hasta que los niños sean siempre protegidos y su bienestar sea tutelado, para que nunca caigan en formas de esclavitud, reclutamiento en grupos armados o dispuestos a formas de maltrato", ha señalado.
"Deseo que la Comunidad internacional pueda vigilar sobre su vida, garantizando a todo niño y niña el derecho a frecuentar la escuela y a tener educación para que su crecimiento sea sereno y miren con confianza al futuro", ha agregado.
Durante la catequesis, el pontífice argentino ha reflexionado sobre las obras de misericordia y cómo ponerlas en práctica. En particular, ha disertado sobre 'cómo soportar con paciencia a la gente molesta'.
El Papa ha explicado que, en la Biblia, Dios se muestra de manera "paciente y misericordiosa", como un dios "que soporta los lamentos de su pueblo". Así, ha explicado que también Jesús fue paciente durante los tres años de su vida pública y ha puesto de ejemplo el episodio de la madre de Santiago y Juan, que pidió para sus hijos que se sentaran uno a su derecha y otro a su izquierda en el Reino de los Cielos. Así, ha comentado que Jesús, en cambio, aprovechó esa situación para enseñarles y corregirles.
Por ello, ha señalado que esta obra de misericordia espiritual de soportar al que da fastidio está relacionada con otras dos: corregir al que se equivoca y enseñar al que no sabe, al tiempo que ha reconocido que supone "un gran esfuerzo ayudar a otros para que crezcan en la fe y caminen en la vida", aunque ha pedido a los cristianos que sean "humiles y sencillos en aconsejar" y "pacientes en el soportar".
"Somos buenos en identificar una presencia que suele dar fastidio (...) A veces, las personas fastidiosas son las que están cerca de nosotros, entre los parientes hay algunos, en el puesto de trabajo y también en el tiempo libre. Tantas veces nosotros damos fastidio a los demás", ha añadido.
Por ello, ha invitado a los presentes hacer un "examen de conciencia" para que cada de uno vea sus propios fallos. "Es fácil apuntar el dedo contra los demás, pero debemos aprender a ponernos en el lugar del otro", ha indicado. En esta línea, ha reiterado que el de Dios no es un reino de "poder, sino de servicio a los demás".
Asimismo, ha elogiado la labor de las catequistas que dedican tiempo a enseñar a los chicos los valores esenciales de la fe. "¡Cuánta paciencia sobre todo cuando los chicos preferirían estar jugando a escuchar el catecismo!", ha reconocido. Por ello, ha subrayado que enseñar a ver "lo esencial es una ayuda determinante" y ha pedido a los cristianos que eviten "caer en la envidia, la adulación o la ambición".
Y finalmente ha agregado: "La exigencia de aconsejar, amonestar y enseñar no nos ha de llevar a considerarnos mejores que los demás, sino, más bien, nos impulsa a entrar en nosotros mismos para verificar si somos coherentes con lo que pedimos a los demás".