ROMA, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha pedido cultivar la fe también "por aquellos que, a menudo sin culpa propia, se ven privados de ella", al tiempo que ha destacado que gracias a ella la vida está liberada "del horror de tener que admitir que todo termina aquí".
"La fe nos libera del horror de tener que admitir que todo termina aquí, que no hay redención para el sufrimiento y la injusticia que reinan soberanas en la tierra", ha asegurado el Pontífice durante la audiencia general de este miércoles.
Ante cientos de peregrinos que han acudido a la plaza San Pedro del Vaticano para escucharlo, Francisco ha instado a cultivar la fe también "por aquellos que, a menudo sin culpa propia, se ven privados de ella y no pueden dar sentido a la vida".
En sus saludos en español, ha recordado que la Iglesia celebra este domingo la Jornada Mundial de las Misiones. Además, como hace en cada cita pública, ha vuelto renovar su llamamiento por la paz en el mundo: "no nos olvidemos de los países en guerra, de la martirizada Ucrania, de Palestina, de Israel, Myanmar... ".
Por otro lado, ha instado a la "reconciliación en el amor de caminar juntos" de todos los cristianos. "A mí me gusta decir esto, diferencias reconciliadas. Entre los cristianos hay tantas diferencias, que este es de esta escuela o de la otra... Este es protestante y aquel (*), pero lo importante es que estas diferencias sean reconciliadas en el amor de caminar juntos", ha destacado el Pontífice.
El Papa ha hecho estas afirmaciones cuatro días después de la vigilia ecuménica que presidió --en el marco del Sínodo-- en la plaza de los Protomártires Romanos, donde según la tradición el apóstol Pedro fue martirizado, en la que expresó su "vergüenza" por las divisiones entre cristianos.
Así, Francisco ha instado a superar las diferencias entre las distintas ramas del cristianismo tras recordar que en el pasado una de las divergencias era en torno a la afirmación que el Espíritu Santo 'procede del Padre'. "La Iglesia latina pronto completó esta afirmación añadiendo, en el Credo de la Misa, que el Espíritu Santo procede 'también del Hijo'", ha dicho. Según ha detallado, este fue el elemento que derivó en "muchas disputas y divisiones entre la Iglesia de Oriente y la de Occidente", es decir, entre la Iglesia ortodoxa y católica.
Así, ha afirmado que en el clima de diálogo establecido entre las dos Iglesias "ha perdido la dureza del pasado y permite esperar una plena aceptación mutua, como una de las principales 'diferencias reconciliadas'".
El Papa ha hecho estas reflexiones al hilo de su catequesis sobre el Espíritu Santo "quien da a los creyentes la vida nueva, la vida de Cristo, vida sobrenatural, de hijos de Dios", ha precisado.