ROMA 12 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco ha pedido a los 21 nuevos cardenales, que anunció el pasado domingo y que se incorporarán al colegio cardenalicio el 8 de diciembre consolidando su huella en el grupo de prelados que algún día elegirá a su sucesor, que el título de "servidor opaque cada vez más al de eminencia".
En la carta que ha remitido a los próximos cardenales, firmada en San Juan de Letrán con fecha 6 de octubre de 2024, Francisco les ha dado la bienvenida a su nueva condición y ha asegurado: "Rezo por ti para que el título de "servidor" opaque cada vez más al de "eminencia"".
En su misiva, el Papa les ha recordado que "con la creación cardenalicia" se expresa la "unidad de la Iglesia y el vínculo de todas las Iglesias con esta de Roma". Citando al poeta argentino Francisco Luis Bernárdez, les ha animado a que su "cardenalato encarne aquellas tres actitudes" con las que el literato "describía a san Juan de la Cruz, pero que nos viene bien también a nosotros: 'ojos altos, manos juntas, pies desnudos'".
Así, el Papa les ha pedido "ojos altos" porque su servicio "exigirá ampliar la mirada y ensanchar el corazón", además de "poder mirar más lejos y amar más universalmente con mayor intensidad".
Francisco también les ha exigido "manos juntas" porque la Iglesia lo que más necesita es "oración" y "pies desnudos" para tocar "la aspereza de la realidad de muchos rincones del mundo embriagados de dolor y sufrimiento por la guerra, la discriminación, la persecución, el hambre y numerosas formas de pobreza que te exigirá tanta compasión y misericordia".
UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
Por otro lado, en una celebración ecuménica celebrada este viernes en la plaza de los Protomártires Romanos de Roma, donde según la tradición el apóstol Pedro fue martirizado, el Papa clamó por la unidad de los cristianos.
"Que estos mártires puedan fortificar en nosotros la certeza de que, acercándonos a Cristo, nos acercamos los unos a los otros", pidió Francisco, que optó por entregar en mano su discurso y no leerlo, en el transcurso de una vigilia ecuménica con la que se ha conmemorado el 62 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.
Así, acompañado por los 368 miembros del Sínodo, el Papa expresó su "vergüenza" por las divisiones entre cristianos.
"Centrémonos en la base común de nuestro común bautismo, que nos impulsa a ser discípulos misioneros de Cristo, con una misión común. El mundo necesita un testimonio común, el mundo necesita que seamos fieles a nuestra misión común", concluyó.