RIO DE JANEIRO (BRASIL), 27 (EUROPA PRESS)
El Papa Francisco ha llamado a los obispos a ir contra la "cultura de la exclusión, del descarte" que ha impuesto "este humanismo economicista" en la que "no hay lugar para el anciano ni para el hijo no deseado", así como tampoco para ayudar a los pobres, y les ha invitado a se "callejeros de la fe". Así lo ha indicado en su homilía en español durante la Misa con los obispos de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud y con los sacerdotes, religiosos y seminaristas en la Catedral de San Sebastián de Río de Janeiro.
En este sentido, ha apuntado que "a veces" parece que, "para algunos, las relaciones humanas estén reguladas por dos dogmas: la eficiencia y el pragmatismo" y, ante esta situación, ha exhortado a los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas a "tener el valor de ir contracorriente".
Concretamente, se ha centrado en la importancia de "promover la cultura del encuentro" y ha afirmado que deben estar "casi obsesionados" en este sentido. "No queremos ser presuntuosos imponiendo nuestra verdad. Lo que nos guía es la certeza humilde y feliz de quien ha sido encontrado, alcanzado y transformado por la Verdad que es Cristo", ha añadido.
Así, el Pontífice les ha invitado a ser "callejeros de la fe", pues no se pueden quedar "enclaustrados en la parroquia, en su comunidad" cuando "tantas personas están esperando el Evangelio", y les ha instado a acercarse, sobre todo, a los que no suelen ir a la Iglesia que son "los invitados VIP". "Pensemos con decisión en la pastoral desde la periferia, comenzando por los que están más alejados, los que no suelen frecuentar la parroquia", ha añadido
Además, el Papa ha pedido a obispos, sacerdotes y seminaristas que "no borren de su vida" a Jesús y que le sean "fieles" pues esto, y no los encuentros, la creatividad pastoral o las planificaciones, es lo que asegura "los frutos" de su misión. Concretamente, ha indicado que ser fieles a Jesús implica "contemplarlo, adorarlo y abrazarlo, especialmente a través de la fidelidad a la vida de oración", del "encuentro cotidiano con él en la Eucaristía y en las personas más necesitadas".
El Papa ha señalado que uno de los aspectos fundamentales de su vocación es que son "llamados por Dios", un hecho que, a su juicio, se debe "reavivar" pues "a menudo se da por descontado entre tantos compromisos cotidianos". "No se puede ser un desmemoriado, se pierde la referencia esencial al inicio del camino", ha improvisado.
En este punto, ha recordado algunas palabras de la beata Madre Teresa de Calcuta: "Debemos estar muy orgullosos de nuestra vocación, que nos da la oportunidad de servir a Cristo en los pobres. Es en las favelas, en los cantegriles, en las villas miseria donde hay que ir a buscar y servir a Cristo".
"PONER LA OREJA" A LOS JÓVENES
Por otra parte, se ha centrado en otro aspecto importante de su vocación: que están "llamados a anunciar el Evangelio" y en el marco de la JMJ, ha recordado a obispos, sacerdotes y seminaristas que su compromiso con los jóvenes es "ayudarles a que arda en su corazón el deseo de ser discípulos misioneros de Jesús" y les ha reclamado que "no se escatimen esfuerzos en la formación de los jóvenes".
No obstante, ha precisado que, ante esta invitación de ser misioneros "muchos se pueden sentir asustados" y, por ello, ha remarcado que hay que explicarles que no significa irse lejos sino que "el primer lugar donde hay que evangelizar es la propia casa, el ambiente de estudio, la familia y los amigos". "Me acuerdo de mi sueño cuando era joven: ir de misionero al lejano Japón. Pero Dios me mostró que mi tierra de misión estaba mucho más cerca: mi patria", ha destacado.
Además, ha instado a escuchar con "paciencia" a la juventud. "Pongámoles la oreja, necesitan ser escuchados --ha reclamado--. Se lo pido de todo corazón, sepamos perder el tiempo con ellos, sembrar cuesta y cansa muchísimo y es mucho más gratificante gozar de la cosecha, pero Jesús nos pide que sembremos en serio", ha puntualizado.