ROMA, 16 Ene. (EUROPA PRESS) - El Papa ha pedido perdón por los casos de abusos sexuales de la Iglesia durante el primer discurso público de su viaje a Chile, realizado en el Palacio de La Moneda y en compañía de la presidenta del país, Michelle Bachellet. "No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia", ha señalado Francisco, que llega al país en medio de investigaciones de la fiscalía chilena contra religiosos maristas y críticas por la situación de un obispo al que acusan de encubrir abusos de un popular sacerdote de la diócesis de Santiago. De este modo, ha querido unirse a sus "hermanos" en el episcopado en el episcopado chileno. "Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir", ha enfatizado el Pontífice, que ha arrancado con sus palabras los aplausos del auditorio. El Papa ha participado en una ceremonia protocolaria en la que ha sido recibido con honores por la presidenta saliente de Chile, Michelle Bachelet Jeria, que cederá en los próximos meses el cargo a su sucesor Sebastián Piñera después de que éste ganara las pasadas elecciones presidenciales. La pasada semana, el portavoz del Vaticano, Greg Burke, dejó la puerta abierta a que el Papa cambiase en el último momento la agenda de su sexto viaje a América Latina para reunirse en privado con algunas víctimas. Francisco ha aprovechado su alocución para poner en valor el papel de las comunidades indígenas, como los mapuches, que durante años han luchado en Chile para recuperar al menos una parte de su territorio ancestral. "La sabiduría de los pueblos originarios puede ser un gran aporte. De ellos podemos aprender que no hay verdadero desarrollo en un pueblo que dé la espalda a la tierra y a todo y a todos los que la rodean. Chile tiene en sus raíces una sabiduría capaz de ayudar a trascender la concepción meramente consumista de la existencia para adquirir una actitud sapiencial frente al futuro", ha subrayado. En esta línea, ha destacado la pluralidad étnica, cultural e histórica de Chile mientras que ha invitado a custodiar toda esta riqueza "de todo intento de parcialización o supremacía" así como de "dogmatismos exclusivistas en una sana apertura al bien común, que si no tiene un carácter comunitario nunca será un bien". Precisamente, reivindicar el papel social de los indígenas será uno de los principales mensajes que marcarán esta visita apostólica que concluirá en Perú el próximo 21 de enero. El Pontífice también se ha referido a las últimas elecciones del país, de las que ha salido elegido Sebastián Piñera como nuevo presidente. "Chile se ha destacado en las últimas décadas por el desarrollo de una democracia que le ha permitido un sostenido progreso. Las recientes elecciones políticas fueron una manifestación de la solidez y madurez cívica que han alcanzado, lo cual adquiere un relieve particular este año en el que se conmemoran los 200 años de la declaración de la independencia", ha señalado. Sin referirse directamente a la dictadura del General Augusto Pinochet, el Papa ha recordado que Chile "ha debido también enfrentar diversos períodos turbulentos que logró, no sin dolor, superar". Por otro lado, ha llamado a los jóvenes a no "conformarse con lo que ya se ha conseguido en el pasado e instalarse y disfrutarlo". Así, ha tenido palabras para los que "sufren situaciones de injusticia" al tiempo que ha instado a "seguir trabajando para que la democracia y el sueño de sus mayores, más allá de sus aspectos formales, sea de verdad lugar de encuentro para todos". Ante las autoridades civiles y políticas, ha instado a escuchar a las capas sociales más vulnerables: a los parados, que no pueden sustentar el presente y menos el futuro de sus familias; a los pueblos originarios, frecuentemente olvidados; a los migrantes, que llaman a las puertas; a los jóvenes, en su afán de tener más oportunidades, "especialmente en el plano educativo y, así, sentirse protagonistas del Chile que sueñan, protegiéndolos activamente del flagelo de la droga"; y a los ancianos, con su sabiduría tan necesaria y su fragilidad a cuestas. El Pontífice también ha arremetido contra el aborto al defender la "opción radical por la vida, especialmente en todas las formas en la que ésta se vea amenazada". Finalmente, ha pedido que desde las altas esferas se fomente "una cultura que sepa cuidar la tierra" a través no solo de "respuestas puntuales a los graves problemas ecológicos y ambientales que se presentan" sino a través de un paradigma de funcionamiento que no privilegie "la irrupción del poder económico en contra de los ecosistemas naturales". Por su parte, la presidenta chilena ha asegurado que la visita del Pontífice enriquece a toda la sociedad. "Papa Francisco, su visita nos hace bien", ha asegurado en un discurso previo. Bachellet, que ha calificado de "sabias y siempre vigentes" las palabras del Papa, ha recordado la última visita de Juan Pablo II en 1987, que se produjo en plena dictadura militar. "Qué bueno poder decirle que Chile es otro, por encima de nuestras diferencias", ha recalcado. "Bienvenido Papa Francisco, Chile, nuestro hogar, está abierto para nuestro amigo", ha concluido la presidenta saliente. Según medios locales, al menos tres Iglesias, dos capillas de la región de La Araucanía y una parroquia de la capital, Santiago, han sido intencionadamente quemadas y 30 personas han sido detenidas por la policía después de haber participado en manifestaciones en contra del Gobierno.