El Papa en una foto de archivo
El Papa en una foto de archivo - Evandro Inetti/ZUMA Press Wire/d / DPA
Actualizado: lunes, 22 abril 2024 18:51

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ROMA, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha instado a trabajar para que los niños de los países en guerra "recuperen la capacidad de sonreír" al tiempo que ha arremetido contra la "indiferencia" y "el descarte" de los más débiles.

En su discurso durante la audiencia con los participantes en el Capítulo General de los Hermanos de la Educación Cristiana de Ploërmel, Francisco ha lamentado que los conflictos bélicos hacen perder la sonrisa a los menores, por lo que ha pedido "trabajar para que recuperen la capacidad de sonreír", ayudando a los pequeños "a revivir sus sueños, a creer en ellos y a realizarlos".

En su alocución a la congregación fundada hace doscientos años por el venerable Jean-Marie de La Mennais y el padre Gabriel Dashayes, el Papa les ha pedido que continúen su labor con los niños y jóvenes, sobre todo en los países donde "hacen estragos la pobreza, el desempleo juvenil y las crisis sociales de todo tipo". En estos contextos, según ha asegurado, es necesario "ser padres que reflejen el rostro amoroso y compasivo de Dios".

"Esos niños, esos jóvenes, esas personas también tienen sueños, pero hoy, por tantas razones, son sueños rotos. Que les ayudes a revivir sus sueños, a creer en ellos y a realizarlos", ha asegurado.

De este modo, el Papa ha lanzado un llamamiento para ayudar a los niños que viven en zonas de guerra: "Los niños juegan, incluso bajo las bombas, en los países en guerra. Cuando vemos fotografías de estos países, hay niños jugando. Pero una cosa me llama la atención, cuando vienen a Roma niños de Ucrania que se han trasladado aquí y viven aquí, estos niños no sonríen: han perdido la sonrisa. La guerra hace esto: hace que los niños pierdan la sonrisa. Trabajen para que recuperen la capacidad de sonreír".

Por último, ha invitado a los religiosos a que sean siempre servidores "de la ternura y la misericordia De Dios" y les ha instado a evitar "todo espíritu de orgullo, de cerrazón, de división y de chismorreo". "Los chismes --ha concluido el Pontífice-- hacen mucho daño a las comunidades religiosas. Un buen propósito para un religioso y una religiosa sería morderse la lengua cada vez que tengan ganas de chismorrear sobre el otro".

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