ROMA 2 May. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha reconocido ante líderes anglicanos, con los que se ha reunido en el Vaticano, que su papel como obispo de Roma es un elemento de "división" entre cristianos y se ha mostrado disponible a entablar un "diálogo fraterno y paciente".
"Sé que el papel del Obispo de Roma sigue siendo un tema controvertido y divisivo entre los cristianos.... Es necesario, por tanto, entablar un diálogo fraterno y paciente dejando atrás controversias inútiles, para comprender cómo el ministerio petrino puede desplegarse como servicio de amor a todos", ha asegurado en su discurso en el que ha encomiado la labor de la Comisión Internacional Anglicano-Católica que durante los últimos cincuenta años ha trabajado con dedicación para superar los diversos obstáculos que se interponen en el camino de la unidad de los cristianos.
En el encuentro, en el que estaba también el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, el Pontífice ha asegurado que Dios llama a los cristianos a ser constructores de unidad: "Aunque todavía no seamos uno, nuestra comunión imperfecta no debe impedirnos caminar juntos. De hecho, las relaciones entre los cristianos [...] prevén y exigen desde ahora toda posible colaboración práctica en los diversos niveles: pastoral, cultural, social, y también en el testimonio del mensaje evangélico".
Para el Papa, las diferencias no disminuyen el "alcance" de las cuestiones que son terreno común para los cristianos. Por ejemplo, el bautismo en Cristo; el compartir las Sagradas Escrituras; el Credo de los Apóstoles y el Credo Niceno-Constantinopolitano o la fórmula de Calcedonia y la enseñanza de los Padres.