Archivo - El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello. - Fernando Sánchez - Europa Press - Archivo
MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha indicado que en estos días tras la catástrofe ocasionada por la DANA, los "gritos han sido abundantes sobre las causas, las consecuencias y las respuestas" y también se han visto "la rapiña y el populismo de la antipolítica".
"Se habla de la tecnología de prevención y aviso, de la coordinación de respuestas en el Estado autonómico, de la relación entre los políticos y del uso calculador y politiquero de todo lo que ocurre, del 'pueblo que salva al pueblo'. Podemos ir hacia atrás, al urbanismo de las últimas décadas, al calentamiento del Mediterráneo a causa de nuestro sistema de producción y consumo, a la conveniencia de construir presas y embalses, a la defensa de las cosas aun a riesgo de la vida propia y ajena. Con la culpa podemos jugar 'ad infinitum'", ha indicado, este lunes, durante su discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de la CEE, que reúne esta semana en Madrid a los obispos de toda España.
Si bien, ante la pregunta "¿a quién mirar?" y "con las lágrimas aún en el corazón" por la "inmensa tragedia", Argüello ha respondido que no basta con mirar al Estado ni al mercado.
"Ni el Estado ni el mercado pueden salvarnos, aunque en el último tramo del tiempo moderno se hayan presentado como salvadores que pueden cumplir lo que prometen. Reducidos a consumidores y votantes, mercado y Estado nos proponen una salvación, el progreso, que no basta", ha precisado.
En todo caso, ha destacado que "la tragedia ha vuelto a despertar un alma común y fraterna, un deseo de compartir y ayudar, un don que no es comercio y un compromiso que no es voto". "El Estado y el mercado necesitan el don para regenerarse y abandonar toda pretensión mesiánica", ha puntualizado.
"La fraternidad ejercida en estas semanas es un indicador de la bondad que anida en el alma humana como la respuesta adecuada a nuestra vulnerabilidad irremediable. Sí podemos gritarlo de nuevo: el corazón humano está bien hecho, es hijo del amor y llamado al amor, pero está herido", ha comentado.
No obstante, ha señalado que también se ha visto "la rapiña". "En estos días también hemos visto la rapiña y el populismo de la antipolítica. Por eso, la pregunta sigue en pie: ¿quién nos librará de la culpa originaria de la que brotan la codicia y la dominación?, ¿quién nos dará esperanza ante la muerte? Muchos están descubriendo en estos días que en la entrega de la vida se descubre el secreto de su significado. Este acontecimiento catastrófico nos llama a la humildad y a la esperanza y paciencia activas", ha enfatizado.