MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
El verano de 2022 será "más tórrido" y más seco de lo normal en España, según la predicción meteorológica de Meteored, que espera que las temperaturas serán de media 2 grados centígrados superiores a las normales.
Así, el verano climatológico comenzará con un junio muy cálido en el que se prevén anomalías de 3 grados centígrados por encima de lo normal el interior peninsular.
El meteorólogo de Meteored, Samuel Biener, espera que el verano de 2022 sea "muy caluroso", con temperaturas que podrían situarse de media de 1 a 2 grados centígrados por encima de lo normal en el interior de la Península, mientras que el resto del territorio y en Baleares podrían sobrepasar hasta en 1C el promedio.
Estas anomalías se extenderán por el resto de Europa quedando al margen, curiosamente, solo el golfo de Cádiz y Canarias, donde los valores serán los habituales para la época.
Además, señala que ese escenario podría estar dado por la dorsal anticiclónica que se mantendrá fuerte en latitudes medias y altas, provocando muchas horas de sol y viento encalmado, lo que propiciará un calentamiento progresivo de la zona continental.
Por otro lado, prevé que el mar Cantábrico y el Mediterráneo mostrarán valores por encima de lo habitual con las consecuencias que ello conlleva, como el aumento de noches tropicales.
Respecto a las precipitaciones, pronostica que este verano llueva menos de lo normal en todo el territorio, especialmente en el centro, sur y en ambos archipiélagos, donde el verano, de por sí, es muy seca. No obstante, se pueden desarrollar en días puntuales tormentas intensas.
Además, ha recordado que los meses de junio, julio y agosto la media de las temperaturas máximas llega a superar los 35C en zonas del valle del Guadalquivir y de las vegas del Guadiana. En puntos del sureste peninsular ese promedio se aproxima a los 34 C, al igual que en los valles del Ebro y Tajo.
En cuanto a los valores diurnos más suaves se registran en alta montaña, en el litoral cantábrico, en el noroeste de Galicia y las islas occidentales de Canarias. Las fechas tradicionales de mayor calor son las conocidas como la canícula, que comienza el 15 de julio y termina el 15 de agosto.
Biener subraya que en los últimos diez años han aumentado "de forma evidente" las noches tropicales, sobre todo en la vertiente mediterránea, el valle del Guadalquivir, el golfo de Cádiz y los archipiélagos.
Sobre las precipitaciones, señala que las lluvias son más escasas en verano y sobre todo se producen en el interior de la Península y zonas de montaña, con granizadas que pueden devastar el campo, y en el extremo norte donde, a pesar de ser la estación más seca del año, la media sobrepasa los 200-300 litros por metro cuadrado.
Biener ha destacado sobre el carácter de la primavera las irrupciones extraordinarias de polvo sahariano, récords de precipitaciones en puntos de la vertiente mediterránea, lluvias torrenciales en la Comunidad Valenciana y un calor histórico durante estos últimos días.